La llegada de la reina Isabel a Yucatán hace 47 años, un recuerdo vivo
Hace 47 años que la reina Isabel II visitó Yucatán, en 1975, Pablo Parra tenía 14 años y fue de los muchos Boy Scouts que formaron una valla humana que marcó el derrotero por donde transitó la monarca. “A pesar de que éramos chamacos, nos sentíamos como los soldados de la reina”.

David Rico

Mérida, Yucatán.- El 23 de febrero de 1975 que la reina Isabel II aterrizó en la capital del estado, Pablo Parra estaba ahí, tenía 14 años, y fue elegido con otros escultistas para formar una valla humana que marcara el derrotero por donde caminaría la monarca.

La llegada de la reina Isabel a Yucatán hace 47 años, un recuerdo vivo

Narró que el esposo de la reina, Felipe de Edimburgo, era líder internacional de los Boy Scouts y, a su vez, él pertenecía a una organización de Scouts de México, por lo que fueron invitados para hacer la valla que estaría desde el avión que aterrizó en el aeropuerto de Mérida, hasta la calle.

Esta es la fortuna que heredará el ahora rey Carlos de su madre la reina Isabel

“Desde ahí vimos la llegada de la señora con su esposo y tuvimos la oportunidad que nos saludara, no de mano, pero sí tuvimos la oportunidad de que nos saludara a escasos dos metros de distancia y son recuerdos y anécdotas que no pasan desapercibidas en la vida”, dijo.

Posterior a la llegada, dijo, se fue en un auto cerrado, pero la aeronave, recuerda, era muy grande y hacía un ruido impresionante.

De Edimburgo a Londres: ¿Cómo serán los funerales de la reina Isabel II?

“Estábamos emocionados; en lo personal era la primera vez en mi vida que tenía la oportunidad de estar en una pista del aeropuerto y eso nos emocionaba y saber que estabas recibiendo a una persona tan importante, en este caso una reina, era una emoción muy grande para un niño y es un recuerdo que no se olvida”, expuso.

Dijo que, junto con los demás niños y adolescentes, miraban con asombro la ropa, de la reina y de su esposo Felipe, una vestimenta muy diferente a lo que se acostumbraba en estas tierras.

“Nos causaba mucha impresión, las miradas atónitas; no era justificado distraerte, tenias que ver desde el momento que estaba bajando, hasta perderla de vista su sombrerito. Es y fue una emoción muy satisfactoria”, dijo.

“Éramos como 25 tropas de Boy Scouts las que llegamos. Yo pertenecía al grupo 2 de Scouts de México y pues me tocó la oportunidad de ser el segundo grupo y estar más cerca. La valla llegaba desde donde paró el avión hasta la calle”, mencionó.

Agregó que es una anécdota que siempre cuenta, porque es un hecho histórico la llegada de una reina a Yucatán, cuando ese tipo de cosas se daban más para la capital del país.

“Nos citaron con tiempo de anticipación y todo estaba muy cronometrado; nos habían dicho que estuviéramos como 2 horas antes, eso sí, había mucha gente y teníamos que llegar a tiempo para que la gente no moviera la valla y es lo que estábamos cuidando; a pesar de que éramos chamacos no sentíamos como los soldados del reina”, expuso.

Dijo que desde la llegada de la reina hasta su salida fue como de diez o quince minutos.

“Fueron como diez minutos desde que apareció en la puerta del avión, saludó desde la parte alta, hasta que fue bajando, porque tenía un caminar lento porque, creo que así lo hacía para que todos la vieran; en ningún momento bajaba la mano, todo el tiempo la tenía arriba. Tardó como diez minutos ese movimiento, pero para mí fueron diez minutos eternos”, dijo.

“Yo tenía el VIP en ese momento y ves a la reina salir del avión; la emoción desde que el avión iba llegando, aterrizar, llegar a la pista, todo eso te causaba una emoción, es para no olvidarse; yo he tenido otras oportunidades, como cuando llego el Concord que estuve también en el aeropuerto, pero no fue la misma emoción”, finalizó.

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *