mural maya
Mural maya con el toque extraterrestre (Foto internet)

Uno de los grandes misterios de los pueblos mayas y su capacidad de estudiar el universo es saber si hubo contacto alienígena que derivó en una aportación a conocimiento en la construcción de pirámides, exactitud de calendarios y la base en su religión.

La cultura fundamentada en leyendas nos lleva a Nolo, una comisaría de Tixkokob, Yucatán, a 30 minutos al oriente de Mérida donde se encuentra La Quinta Haaltunhá que se ha convertido en un Centro Maya de Investigación, por los vestigios que dejó don Vicente Martín Güemes, un hombre dedicado al campo que fue iluminado con conocimiento científico que plasmó en un mural dentro de su casa.

“Lo que dejó mi señor padre, la cultura maya, es lo que viene siendo ese mural, el simbolismo con relación a la pirámide de Kukulkán y cómo se hizo la pirámide que tenemos acá en el Pueblo de Nolo en la Quinta Haaltunhá. Pero se preguntarán ¿Cómo obtuvo ese conocimiento? Mi papá decía que venían seres de luz de la parte alta del cielo y se identificaban con 3 nombres que le dieron a mi papá, uno se llamaba David, otro Gonabel y el tercero Bolonchiu. Ellos compartieron la forma exacta de cómo se debía construir la pirámide de Chichen Itzá, la orientación exacta al norte y los grados que debería tener cada uno de sus escalones” nos narra Martín Loeza, hijo de don Vicente y actual encargado del Centro de Investigación Maya Haaltunhá.

“El equinoccio de luz y sombra tiene que girar 17 grados latitud oriente para que quede la pirámide de esta forma y se pueda ver el día de equinoccio, el 21 de marzo con los basamentos que tenemos aquí, los dos equinoccios, de primavera y también el de septiembre” describe Martín para explicar parte del mural donde se aprecian símbolos, serpientes y trazos de la pirámide de Chichen Itzá como si la viera uno de forma cenital y fraccionada de frente.

Amazon en Yucatán abre 900 plazas de trabajo

A lo largo de las veredas del lugar es común ver piedras talladas con rostros diferentes al ser humano, pirámides pequeñas y figuras de piedra.

“Esta cama de piedra representa también la manera de equilibrar la energía en el cuerpo humano. Esta piedra tiene la inclinación exactamente 23 grados hacia el norte, lo que exactamente la persona que se sienta allá va a estar completamente en armonía. Esta silla de piedra tiene la misma inclinación con la que los astronautas deben salir al espacio según la Nasa. Aquí es un punto fuerte de energía para el ser humano” explica Marín Loeza.

Al estar sentado en esta cama de piedra a través de la apertura en el tronco de un árbol es visible la obra mayor que hizo en el lugar don Vicente Martín Güemes, la réplica a escala del Castillo de Chichén Itzá, un poco más de un metro de altura con los 9 basamentos y con la misma orientación astronómica que permite durante el equinoccio, apreciar el descenso de Kukulkán.

Don Vicente falleció el 30 de septiembre de 1997, se convirtió en un investigador empírico de la cultura maya y un enigma de cómo logró el conocimiento que atribuyó a seres de luz que lo visitaron.

Jacobo Velázquez

Síguenos en nuestras redes sociales ??

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *