El viernes 13 comenzó con una serie de pequeños pero significativos percances. Primero, me olvidé las llaves de casa. Luego, un compañero pasó rápidamente y, en un acto involuntario, tiró un refresco servido en un vaso de unicel sobre mi camisa blanca de secundaria, dejando una enorme mancha en el pecho. Para rematar, perdí el […]