El 97 por ciento del agua subterránea en la Península de Yucatán contiene algún nivel de contaminación, esto debido a que la mayoría de los cenotes están conectados entre sí, por eso es de suma importancia abordar este tipo de problemáticas desde un punto de vista objetivo para dejar de dañar el medio ambiente, expresó Salvador Castell, Presidente la organización civil pro ambiental “Va por la Tierra”.
Dijo que los desechos urbanos, en particular los provenientes de sistemas de drenaje, los agroquímicos y los desechos sólidos, son fuentes comunes de contaminación del agua subterránea en muchas áreas urbanas y agrícolas. Estos contaminantes pueden afectar negativamente la calidad del agua y tener consecuencias para la salud pública y el medio ambiente.
“Es un problema muy grave en Yucatán el uso de agrotóxicos que esto empieza a ser un reflejo en la salud de las comunidades, ¿qué tenemos que hacer?, tenemos que ser más objetivos, hablamos mucho de reforestar pero el 90% de predios en Mérida son privados, entonces hay que generar políticas públicas para que la misma población tenga cobertura de reforestación en sus predios privados”, explicó.
Sobre el cuidado del agua, señaló que la protección y la gestión sostenible de los recursos hídricos son fundamentales para garantizar un suministro de agua limpia y seguro para las comunidades y así preservar los ecosistemas acuáticos, “no podemos decir que hay agua tóxica pero si decir que hay contaminantes que pueden ser tóxicos en estos sitios, hace 5 años saneabamos el 5.7% del agua en Yucatán, hoy es el 3.4% ¿qué significa esto?, aún hay sumideros y todo lo que se desecha se va al acuífero, eso se ve reflejado en cada municipio, carecen de una Dirección del Agua o Ecología, entonces no tienen la capacidad de recibir recursos, entonces hay que generar esas políticas públicas”.
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El especialista, explicó que se han hecho estudios de calidad del agua en Yucatán donde la contaminación es evidente, “hemos notado que en los últimos 15 o 20 años la cantidad de cosas encontradas en el agua desde virus, bichos, bacterias está relacionada con actividades humanas y ha aumentado un 1500%, es un incremento exponencial porque antes creíamos que el sistema cárstico era mágico, que se limpiaba y salía el agua purísima pero hoy sabemos que hoy es un sistema muy sensible y como humanos lo hemos agujereado por todos lados”.
Por último, dijo que como ciudadanos, todas y todos deben aportar su granito de arena para eliminar la acumulación de malas prácticas ambientales, “hay que cambiar el chip, yo no sé porque la gente va y sigue tirando basura en los cenotes o sea ¿cómo por qué?, por este tipo de situaciones por la contaminación del agua, hay mucho cáncer de ojo, de cerebro ya no son casos aislados, ahí debemos fijar las estrategias entre todos”, finalizó.
Irving Gil