A través de un trabajo coordinado se ha logrado la restauración de alrededor de 200 hectáreas de manglar en la zona de Dzilam de Bravo en los últimos dos años, con lo que se han ido recuperando, poco a poco, los servicios ecosistémicos que se prestan a las diferentes especies, destacó Ernesto Gómez, de Pronatura Península de Yucatán.
Expuso que el manglar que ha sido degradado por diferentes factores presenta, entre uno de los principales, que se han cortado los flujos de agua y es precisamente mucha de la labor que se hace para restablecerlos.
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Señaló que se trata de un trabajo a largo plazo, que para llegar a una restauración mayor implica hasta siete años o más, pero en los dos años que se ha trabajado se ha logrado ya avanzar en la restauración de unas 200 hectáreas gracias al trabajo coordinado que se lleva a cabo con otras instituciones y dependencias, como el Cinvestav, la Secretaría de Desarrollo Sustentable, Conafor y Semarnat.
De acuerdo con el Cinvestav, en Yucatán se encuentran degradadas alrededor de 30 mil hectáreas de manglar debido al cambio climático, a los cambios de uso de suelo, desarrollos turísticos, carreteras, entre otros factores.
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El coordinador del programa de Conservación de Aves de Pronatura revelóque en este trabajo que se hace en Dzilam de Bravo contempla acciones en campo, para recuperar los servicios ecosistémicos de estas zonas que han sido degradadas por diferentes factores, como por ejemplo el corte de flujos hidrológicos, las carreteras.
“Lo que hacemos también, junto con la comunidad, es recuperar flujos a través de apertura de canales, desazolves, de afluentes, de pasos de agua”, detalló Ernesto Gómez.
Además, también se hace una reforestación a través de unas zonas que son elevaciones con sedimento y se colocan plántulas de manglar de la misma zona para que poco a poco se vaya recuperando, tanto por la acción humana y natural; y una vez que el ambiente se recupera la diversidad regresa como peces, que atraen aves y otra fauna.
Como parte de estas acciones también se llevó a cabo la primera Feria Ambiental del Manglar y las Aves en Dzilam, para informar y sumar gente a estas labores.
“Es un evento que es la culminación de otras actividades de restauración y aprovechamiento del manglar. Esas mismas zonas, ya recuperadas, se pueden usar como observación de aves, turismo de naturaleza, las abejas regresan por las flores que el manglar da”, agregó.
Además, hay un programa de empleo temporal en el que se pagan jornales a las mujeres que participan en las labores de restauración y que también colaboran en el monitoreo:
“Aquí apoyamos en 200 hectáreas de manglar, una zona cercana a esta región y fue un apoyo que tenemos durante dos años, pero la recuperación del manglar es mucho más larga, puede llegar entre cinco y hasta siete años”, concluyó.
Juan Manuel Contreras
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