El uso de la franela y la grasa es una técnica que sólo unos cuantos saben hacer
De origen tabasqueño pero avecindado en Mérida, Yucatán, desde hace 15 años, Antonio Pratz se levanta desde muy temprano para llegar a su “centro laboral”, la Plaza Grande de la capital yucateca. Sube la sombrilla de su “puesto” para dejar ver la única silla de sus clientes, saca la franela y la grasa, principales herramientas para “sacar brillo” al calzado de abogados, ingenieros, maestros, estudiantes, entre otras profesiones, así empieza su día este boleador de zapatos.
“Yo era tablaroquero, pero tuve un accidente en una obra y me vi obligado a cambiar de oficio porque ya no puedo subir alturas y por eso me metí de bolero, porque ya no me quedaba de otra, pero aprendí a usar el jabón de calabaza y la técnica de limpiar y sacarle brillo a los zapatos”, expresó.
De acuerdo con la Unión de Aseadores de Calzado de Yucatán, solo quedan 13 “limpiabotas” en Mérida y don Antonio consideró que es un oficio que se va perdiendo, “antes aquí en la plaza o en sus alrededores, se ponían hasta 80 boleros, está tradición se está acabando, la juventud ya no quiere trabajar la boleada porque les da vergüenza de decir que no quieren que los vean sus amigos agarrando zapatos ajenos”.
Además, indicó que los nuevos materiales de la industria del calzado también es un impedimento para el sector, ya que suelen estar hechos con menos resistencia, “Los zapatos de gamuza, sintéticos, tenis, huaraches y todo eso nos afecta, es otro motivo por el cual se está perdiendo”.
“Ahorita de los 13 que quedamos solo uno es joven, tendrá unos 27 o 30 años, pero todos los demás somos de más de 60, entonces imagínate es un oficio que ya no le interesa a la juventud, ellos prefieren estar en otras cosas que trabajar en esto, yo aquí me la paso bien conozco gente y me ganó mis 200 o 250 pesos diarios”, dijo este artesano del calzado.
HISTORIA
Pero ¿por qué considera que es un oficio que no debe morir? “Porque no solo es un oficio, es una tradición, a cualquier estado de México que vayas lo primero que vas a ver en la plaza principal son los boleros y es una tradición que debe mantenerse viva, hasta al turismo les gusta, ellos vienen nos toman fotos para llevar de recuerdo a otros países”, precisó.
De esta forma es como con tropiezos aún no se apaga la luz de quienes le sacan brillo a los zapatos.