La agricultura industrializada y el uso de fertilizantes repercute directamente en los cuerpos de agua de Yucatán, pues en el mar cada vez hay menos peces, lo que ocasiona que los pescadores tengan que viajar más lejos para lograr la captura, lo que implica más gastos por el uso de gasolina.
En peligro, litoral por el déficit de especies
“La carencia de peces en la entidad es una muestra del debilitamiento de las especies nuevas y de la cantidad de biodiversidad que alberga el océano”, indicó Miguel Rivas Soto, director de santuarios marinos en la organización Oceana.
En el marco del Día Mundial de los Océanos, refirió que este déficit de la fauna afecta a las familias que viven de esta actividad. De acuerdo con datos del Gobierno federal, 7.5% de la población en Yucatán trabaja en el sector pesquero; es decir, 8 mil 109 personas.
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“En la zona que contempla los arrecifes que están frente a la costa de Progreso hay más de 4 mil 300 familias que dependen directamente de los recursos”, precisó el también doctor en Ecología.
PROTECCIÓN
Según las estadísticas oficiales, esta actividad representa 1.9% de la producción del país, por lo que la entidad se encuentra en el lugar 10, con 36 mil 974 toneladas de pulpo, mero, rubio, villajaiba y langosta.
Con base en dicha importancia, autoridades establecen la temporada de veda; por ejemplo, la del mero es en marzo; la del pulpo, de diciembre a julio; langosta, marzo a junio; tiburón, de mayo a junio y en agosto.
El especialista indicó que es posible el aprovechamiento de especies, pero “bajo ese esquema de protección para permitir la recuperación y el repoblamiento de las especies”.
Aunado a ello, las estrategias gubernamentales y de las comunidades sirven “para continuar preservando estos hábitats críticos para la biodiversidad” y así lograr que especies como el pulpo y caracol tengan un espacio donde crecer y reproducirse sin ser depredados.
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DESAFÍOS
Uno de los principales retos es la pesca ilegal o no regulada, pues afecta las “estrategias de control que las mismas comunidades están implementando” lamentó Rivas Soto.
Así pues, se requiere ampliar el trabajo en “términos del ordenamiento pesquero de la mano con la comunidad para que las estrategias resulten y especies como el mero, pulpo y langosta se puedan seguir aprovechando una manera sostenible”.
Pese a este panorama, la colaboración de los diferentes agentes involucrados incide en un futuro más alentador para el litoral yucateco; sin embargo, es necesario dotar a las comunidades “las herramientas para seguir fortaleciendo la conservación de los océanos”.
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