Debido a que no existe en Yucatán un sistema de drenaje para las aguas residuales de los domicilios, así como el uso de artículos de limpieza y agrotóxicos, aunado al tipo de suelo que se tiene en la región, el 95% de las aguas de los cenotes del estado presentan algún tipo de contaminación, así lo informó el presidente de la asociación civil Va por la Tierra Salvador Castell González.
“Tenemos un dato de que, en Yucatán, el 95% de su agua está contaminada, esto significa que hay elementos que podemos detectar como contaminantes, esto no necesariamente significa que esta agua no pueda ser usada para uso recreativo o incluso para consumo o para el campo, pero si tiene un grado de contaminación”, indicó.
Castell González explicó que los primeros mantos freáticos tienen un grado de contaminación ya que suelen ser afectados por los sumideros o sistemas cuasisépticos de las casas, en vez de lo recomendable qué son las plantas de tratamiento.
Señaló que otros elementos que inciden en la contaminación del agua de la entidad, incluyendo la de los cenotes, es por el uso de agrotóxicos, principalmente detectables en las diferentes zonas agrícolas de la entidad, como en el oriente del estado.
Eso sí, detalló que las cantidades de estos agroquímicos aún no están fuera de los niveles de la norma que determinan las autoridades mexicanas.
Recordó que, en la entidad, por la cercanía a complejos residenciales o por tener contacto estrecho con determinadas actividades productivas, han tenido que ser cerrados al público cenotes, como es el caso del que se encuentra en la zona arqueológica de Dzibilchaltún, Xlacah.
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El especialista consideró que acciones como permitir que el agua de los cenotes pueda ser administrada por los municipios, en vez de la federación, podría permitir realizar acciones más directas para mejorar la calidad del líquido.
Comentó que el tema es complejo, debido a que, si se intenta construir un sistema de drenajes que pueda manejar las aguas residuales de los domicilios, para que a su vez lleguen a una planta de tratamiento, será primero costoso, pero también complicado por el tipo de suelo de la región.
Indicó que en los últimos 25 años se han probado diferentes sistemas para con las aguas residuales de las viviendas, sin embargo, no se ha llegado a acciones concretas, entre las razones, explicó que es porque no todos los municipios del estado cuentan con las mismas posibilidades de construir este tipo de infraestructura, por un tema de presupuestos.
Finalmente, y con el objetivo de incidir de manera positiva en la calidad del agua de los cenotes, Castell González opinó que se necesitan agroquímicos más amigables con el medioambiente, migración de sistemas más eficientes para el almacenamiento y disposición final de las aguas residuales e incluso evitar el uso de sustancias de limpieza que son comunes pero que impactan al entorno como el caso del cloro, para cambiarlos por otros de naturaleza orgánica.
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