Ya salieron las primeras tormentas del polvo del Sahara del norte de África y se espera que en junio se empiecen a ver en Yucatán, provocando días con cielo blanco y amaneceres y atardeceres rojizos, siendo con mayor intensidad en el mes de julio.
Hasta ahora, con este fenómeno no se han reportado daños a la salud y tiene aspectos positivos como la fertilización de la tierra, así como negativos pues provoca sequía, destacó el meteorólogo Juan Vázquez Montalvo.
El especialista del Comité Institucional para la Atención de los Fenómenos Meteorológicos Extremos de la UADY expuso que se trata de una masa de aire caliente y seca que viene con particular de polvo, que sale de la región norte de África.
“Cada año se presenta en la Península de Yucatán, Atlántico, Mar Caribe, Estados Unidos; su arribo a la entidad se da en junio y termina a principios de agosto, lo más fuerte en el mes de julio y es parte de lo que provoca la canícula”, dijo.
Explicó que este polvo del Sahara trae una disminución en la temporada de lluvias y ciclones tropicales porque roba mucha humedad al ambiente, pero también tiene beneficio porque este polvo fertiliza la tierra, el suelo de los lugares que visita.
Polvo del Sahara no repercute en la salud
En el caso de Yucatán, aseguró, no se han registrado daños a la salud, pues el polvo pasa a una altura de entre 8 y 10 mil metros de altura y solo se nota en el día por un cielo blanco y amaneceres y atardeceres rojizos y naranjas que, dijo, son un espectáculo.
“Por el momento ya están saliendo las tormentas del polvo del Sahara, pero no se espera un arribo pronto y hasta junio y ahora hay una que cruzó el Caribe, pero muy débil que no es perceptible no se verá, apenas se notará el cielo rojizo”, expuso.
“Trae consigo aspectos positivos, como la polinización, fertilización de suelos, así como negativos, como la ausencia de lluvias y ayuda a acabar con los ciclones tropicales; de hecho, hay unos que han sido secados y desaparecen prácticamente”, dijo.
Agregó que la última vez que este fenómeno se dio con fuerza fue en 2019 y 2020, que fue algo denso y no dejó que los rayos solares pasaran muy bien, pero, reiteró, no hay daños a la salud.
“Lo único por hacer es que, quienes padezcan males respiratorios o alérgicos al polvo, usen sus cubrebocas, aunque en esa época de pandemia todos atraían el cubrebocas”, dijo.