La captura de pulpo en tiempo y forma sirvió de poco para los hombres de mar de Yucatán debido a que la actividad furtiva merma sus ventas.
Según indican, las congeladoras almacenan kilos del molusco que no logran venderse en las pescaderías, restaurantes ni con el consumidor final, ya que optan por comprar alimento fresco, aunque se trate de una acción que va contra la legalidad.
De acuerdo con la delegación en Yucatán de la Cámara Nacional de la Industria Pesquera y Acuícola (Canainpesca), aquellas personas que realizan la captura furtiva venden a 100 pesos el kilogramo de pulpo, mientras que en las congeladoras lo comercializan a 180.
Especialistas explican que la diferencia de precio entre el molusco recién capturado y el que está congelado recae precisamente en el proceso de conservación, pues requiere de una congeladora y empaque adecuados. Aunado a ello, las tarifas de la energía eléctrica también inciden en que el costo aumente.
Así pues, se trata de un problema de fondo, pues la población piensa, en primera instancia, en su economía y por eso opta por comprar con quien le ofrece el precio más bajo.
Recordaron que la temporada de captura fue del 1 de agosto al 15 de diciembre, lapso en que hubo diferentes contingencias: las condiciones hidrometeorológicas, que impidieron que las embarcaciones partieran a altamar; la marea roja, que mermó la llegada de turistas y que incluso enfermó a los peces, que arribaron muertos a la franja costera, entre otros factores.
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ACCIONES
Cabe recordar que recientemente sesionó el Comité Estatal de Seguridad para implementar estrategias que combatan la pesca furtiva en el litoral yucateco.
Las acciones serán por aire, mar y tierra y es necesaria la participación de elementos de la Secretaría de Marina (Semar), la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca) y la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), apuntó en su momento José Luis Carrillo Galaz, presidente de la Confederación Mexicana de Cooperativas Pesqueras y Acuícolas (Conmecoop).
“La denuncia y solicitud que hacen los permisionarios es que se fortalezca porque pone en riesgo las temporadas de captura”, expresó.
Además, dijo que las personas que están involucradas en la pesca furtiva también podrían ser copartícipes de otros delitos como el robo de motores.
“El problema está en todos lados: en altamar, en quienes pescan, compran y guardan la mercancía; por eso la vigilancia debe ser desde el mar, tierra y hacia afuera”, concluyó Carrillo Galaz.
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