De las 90 mil hectáreas de manglar que hay en Yucatán, entre 30 y 40 mil hectáreas están degradadas, lo que ha traído consecuencias graves, como mayores afectaciones de las lluvias por inundaciones, indicó Jorge Herrera Silveira, investigador del Cinvestav en Mérida.

“Este es un tema grave, porque si no se hubiera perdido a lo mejor Yucatán sería el segundo lugar en extensión y ahora es el tercero en la Península. Para mí es grave, no solo actual, sino que se sigue degradando, porque siguen los cambios de uso de suelo, se sigue rellenando”.

“Yo lo llamo un relleno hormiga, se siguen obstruyendo los pasos de agua que permiten el intercambio con el mar y las consecuencias las está viviendo la gente; por ejemplo, con las lluvias de Cristóbal que inundaron muchas áreas, es el resultado de haber desparecido los manglares que son como esponja”, expuso.

Dijo que, si el manglar hubiera estado sano, hubiera tomado el agua y no nos hubiéramos inundado. En el marco de la puesta en marcha del Segundo Congreso de Manglares de América que se lleva a cabo en Mérida hasta el 14 de octubre y con la presencia de 200 investigadores y expertos en el tema, Herrera Silveira comentó que la degradación del manglar en la entidad afecta incluso a la pesca, que haya menos peces.

Sin embargo, dijo que, de acuerdo con las posibilidades, los esfuerzos que se hacen para restauración son pocos, porque no hay muchos recursos.

“Estamos llevando a cabo acciones de recuperación del manglar en Celestún, Sisal, Chuburná, en Progreso, Yucalpetén, Dzilam y El Cuyo, pero hablamos de un máximo de 100 hectáreas en cada sito, mil hectáreas en total, contra las 30 mil o 40 mil que están degradadas, es muy poco”, agregó.

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De los factores que inciden en esta problemática, destacó que los Puertos de Abrigo se hallan conectados con el humedal; en Telchac la boca que se abrió, la dársena de Yucalpetén, la boca de Chuburná de Carbonera.

“Estas cuatro dársenas y bocas hacen que se degrade el manglar, porque ha entrado agua salada que se ha evaporado y ha salinizado el manglar. Además, hay menos aporte de agua dulce, porque en los petenes se han rellenado con materia orgánica y las carreteras que han cortado los flujos y los pasos de agua son insuficientes”, agregó.
Hizo un llamado a las autoridades, de los municipios principalmente, para que no se otorguen más permisos de cambio de uso de suelo, que se limpien los pasos de agua y reducir la entrada de agua marina de estas bocas.

De los recursos, expuso que los legisladores federales deben trabajar en ese sentido, porque las autoridades no pueden hacer mucho, aunque tengan buena voluntad, si no hay dinero.
En el tema de las granjas porcícolas, expuso que todas contaminan los manglares y las aguas-

“Todas las granjas tienen un impacto en la calidad del agua y hay estudios en Dzilam, que no hay granjas, pero los manantiales demuestran que por allá se descargan sustancias que provienen de las granjas y, entonces, hay una conexión de tierra adentro y la costa”, señaló.

David Rico

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