Mérida, Yucatán, 18 septiembre de 2022.- Una gran riqueza resguardan las parroquias, sobre todo del interior del estado, donde se pueden encontrar piezas de gran valor histórico, pero muchas de las cuales se están deteriorando y requieren ser atendidas, otras que reciben intervenciones que no son cas correctas, expuso la directora del Taller de Restauración de Imágenes Religiosas de la Arquidiócesis de Yucatán, Gabriela García Lascuráin.
Recordó que este espacio se inauguró a inicio del 2020 y está ubicado en la colonia García Ginerés de Mérida, pero se atravesó la pandemia y dejó de funcionar por algún tiempo, hasta hace algunos meses que reabrió sus puertas para continuar con el trabajo de restauración de piezas de gran valor artístico e histórico.
“Se inauguró en 2020 pero se nos atravesó la pandemia; seguí trabajando piezas en mi casa de manera restringida y abrimos desde hace unos meses después de la pandemia. Estamos trabajando y atendiendo las solicitudes de restauración sobre piezas que están deterioradas en tempo, a solicitud de las comunidades o de los sacerdotes y se hacen las propuestas, se les mandan y lo aprueban, y se consiguen benefactores para que financien la restauración”, comentó.
Añadió que recientemente se han sumado a esta labor de restauración alumnos de artes visuales de la Universidad Autónoma de Yucatán, con lo que se ha reforzado un tanto el trabajo que se realiza, ya que es muy delicado el trabajo que se tiene que hacer con las piezas, cuyo trabajo de restauración puede llevar hasta dos años.
“Hay piezas muy difíciles que pueden llevar un año, dos años, y hay otras que pueden llevar uno o dos meses; en promedio, más o menos cada pieza lleva unos tres meses de restauración”, indicó.
Explicó que hay piezas muy antiguas, que datan del Siglo XVII, e incluso otras que requieren de especialistas, por lo que se trabaja en estrecha colaboración con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para poder atender los casos más difíciles.
“El mayor trabajo es en las obras que son in situ, por ejemplo, una portado de un retablo, que no se pueden movilizar y llevar al taller. En el taller son obras aisladas, como pintura, escultura”, dijo.
García Lascuráin dijo que, como en muchas parroquias de Mérida, en las del interior del estado hay una gran riqueza histórica de arte sacro, pero que a veces, por desgracia, se están deteriorando.
“Hay pueblos alejados que tienen su pequeña capilla, con piezas muy valiosas deteriorándose y es una apena y sí se requiere de la atención”, mencionó.
Sucede a menudo, comentó, que de las imágenes religiosas en los pueblos hay gente que las interviene, a veces no con mala voluntad, pero crean un problema mayor.
“A veces con buena voluntad, pero con desconocimiento, las intervienen y nos crea un problema, porque eliminar esas malas intervenciones nos implica más tiempo y costo y a veces es de mucho riesgo quitar una intervención mal hecha porque se pone en riesgo la obra original”, mencionó.
Lo que se está haciendo por parte de la Arquidiócesis, dijo, es que se platica con los sacerdotes de las parroquias para evitar que cualquier persona llegue y repinte piezas, “porque les merma su valor artístico e histórico”.
El taller está ubicado en la colonia García Ginerés, un edificio restaurado que durante 70 años fue la casa de los Misioneros de Maryknolly ahora alberga el Centro de Pastoral Litúrgica “Fray Francisco Toral”.
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