A escasos cinco minutos de alcanzar su destino en la Estación Chivela, la vida de Katherine Nahomi Ríos Vásquez cambió drásticamente. El 28 de diciembre, el vagón AU clase turista del Tren Interoceánico en el que viajaba se desprendió y rodó seis metros hacia un barranco.
La joven estudiante de la UABJO abordó la unidad a las 9:00 horas en Ciudad Ixtepec. Sin embargo, durante una curva en el tramo 4 de la ruta Ciudad Ixtepec-Coatzacoalcos, la estructura ferroviaria colapsó, provocando gritos y desesperación entre los pasajeros.

El dramático relato del descarrilamiento en la línea Z
Katherine recuerda con precisión el momento exacto del accidente cerca de la agencia de Nizanda, en Ixtaltepec. Ella describe la escena con angustia: “Todo fue tan rápido, yo estaba lista para llegar con mi mochila en el pecho”, explicó la víctima sobre los instantes previos al impacto.
Ante el caos, la estudiante buscó refugio en el área de equipaje para intentar protegerse. “Lo primero que hice cuando se zafó el vagón, escuchar los gritos y la desesperación de la gente, fue soltar mis cosas e irme donde estaba la zona de maleta, prensarme y sujetarme”, narró.
Mientras el vagón caía, Katherine observaba cómo otros pasajeros eran lanzados violentamente por el espacio. “Rodé prensada, pero mucha gente no logró sujetarse y sus cuerpos rodaban con el vagón, veía los cuerpos de un lado a otro”, relató con visible conmoción por el suceso.
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Diagnóstico médico y falta de atención oportuna
Tras el siniestro, una persona cayó sobre su pierna al detenerse el vehículo. “Cuando dejó de rodar, bajé los pies y una persona me cayó en la rodilla y me la tronó, así que lastimada logré salir”, detalló la joven tras escalar la pendiente con ayuda externa.
El personal de emergencia la trasladó inicialmente al Hospital General Macedonio Benítez Fuentes en Juchitán. No obstante, su familia denunció que el nosocomio le otorgó el alta médica apenas una hora después, tras suministrarle únicamente una inyección y paracetamol.
En consecuencia, una valoración médica particular posterior confirmó lesiones de gravedad. Katherine presenta actualmente un esguince cervical, esguince de rodilla derecha, policontusiones y un severo cuadro de estrés postraumático que le impide conciliar el sueño.

El calvario de los familiares y la respuesta oficial
Karina y Ariana Vásquez, madre y tía de la afectada, vivieron lo que denominaron como “el infierno” desde las 10:30 de la mañana. Durante seis horas, las oficinas del Tren Interoceánico ignoraron sus llamadas mientras buscaban desesperadamente el paradero de la joven.
Posteriormente, la denuncia se volvió viral en plataformas digitales, lo que obligó a los directivos del hospital a ofrecer disculpas. Asimismo, funcionarios del Bienestar establecieron contacto para brindar acompañamiento, aunque la familia critica que la atención llegó solo por la presión social.
La madre de la estudiante reconoció las carencias del sistema de salud público local. “Comprendemos que la emergencia rebasó al hospital, no queremos repartir culpas, ellos hacen lo que pueden con poco personal y sin medicamentos”, señaló ante la nueva etapa de tratamiento.
Al ser consultadas sobre la posibilidad de utilizar este transporte nuevamente, la familia Ríos Vásquez respondió con un rotundo “jamás”. Por ahora, Katherine permanece en una silla de ruedas y enfrentará una nueva revisión médica especializada en tres semanas.
Información y fotos: Quadratín

