La Navidad ya comenzó a teñir de rojo, verde, rosa y blanco las calles y avenidas de Mérida. Desde finales de noviembre, los primeros puestos de Nochebuena anuncian la llegada de la temporada decembrina.
Entre macetas repletas de color y el ir y venir de automovilistas que se detienen “solo a ver” y terminan comprando, Wilfrido Garrido, encargado de uno de los puestos instalados, celebra un arranque prometedor.
Tradición en la calle 60 norte
Uno de los viveros más tradicionales es La Bendición de Dios, instalado cada año sobre la calle 60 norte, frente a las oficinas del SAT.

“En apenas una semana ya vendimos unas 800 plantas. Gracias a Dios empezamos con el pie derecho”, comentó Garrido, mientras acomodaba un grupo de Nochebuenas pintas que llaman la atención de quienes pasan frente al puesto semifijo.
El comerciante asegura que, pese al aumento generalizado de precios en otros productos, los costos de las plantas se mantienen prácticamente igual que el año pasado. Las Nochebuenas pequeñas arrancan desde 80 pesos, y luego vienen las de 120, 150, 250, 280, 350 y 500 pesos. Para quienes buscan una opción más robusta también hay ejemplares de gran tamaño que alcanzan los 2 mil 500 pesos.
“Tenemos para todos los bolsillos”, dice Garrido con una sonrisa mientras una familia elige entre una Nochebuena tradicional roja y una variedad blanca con manchas rosadas.




Nuevas tendencias en decoración
Aunque el rojo sigue siendo el color preferido del público, este año se observa mayor interés en las variantes blancas, marmoleadas y rosas, que muchos compradores consideran “más modernas” o ideales para combinar con decoraciones interiores.
“Yo vengo todos los años por mis plantas”, comenta Beatriz Vázquez, vecina de Montes de Amé, mientras carga dos macetas medianas. “Siempre pongo una roja en la entrada y una rosa en la sala. Ya es tradición. Mis hijos dicen que hasta huele a Navidad cuando compro las Nochebuenas”.
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Más que solo flores
El puesto no solo ofrece estas emblemáticas flores: también venden pinos naturales para plantar, adaptados al clima de Yucatán, y adornos artesanales con forma de reno, que han ganado popularidad entre quienes buscan decorar jardines y terrazas.
“Me llevo un pinito para sembrarlo en mi casa. El año pasado compré uno y agarró muy bien”, comparte Juan Carlos Herrera, cliente frecuente del vivero. “Además, los renos están muy bonitos y hechos a mano; se ven diferentes a los que venden en las tiendas”.

Los comerciantes, originarios de Morelos, llegan cada año a Mérida para aprovechar la temporada alta. La jornada no es sencilla: trabajan de sol a sol.
“Prácticamente no dormimos desde ahora hasta el 24 de diciembre, porque esto no se cierra. Hay gente que viene a comprar a todas horas, incluso de madrugada”, explica Garrido. Entre risas, cuenta que más de una vez han vendido plantas a personas que regresan de posadas o reuniones nocturnas y deciden adelantar las compras navideñas.

Atmósfera festiva en la ciudad
El aroma fresco de las plantas, la mezcla de colores, las luces improvisadas para iluminar los pasillos entre macetas y la música navideña que suena desde una pequeña bocina convierten al vivero en una escena típicamente decembrina de la ciudad. Un punto donde clientes y comerciantes coinciden, año con año, en una tradición que ilumina Mérida antes de que llegue diciembre.
“Para muchos, esto marca el inicio de la Navidad”, dice Beatriz antes de subir sus plantas al auto. Y, mientras los colores brillantes de las Nochebuenas llenan el lugar, queda claro que en la 60 norte la temporada ya floreció por completo.

