Pese a que el Gobierno de Yucatán se ha propuesto transformar el panorama habitacional del estado con la ejecución de 50 mil acciones de vivienda durante el actual sexenio enfocadas principalmente en atender a población vulnerable, estas podrían no ser suficientes, ya que existen aproximadamente 170 mil familias sin vivienda propia, según datos de la propia administración estatal.
Desafío ante la demanda creciente
De acuerdo con el Programa de Mediano Plazo de Vivienda 2025–2030, el objetivo es garantizar viviendas seguras, asequibles y adecuadas, con prioridad en comunidades indígenas, zonas rurales, asentamientos irregulares y hogares encabezados por mujeres.
Si bien las 50 mil viviendas proyectadas representan un esfuerzo sin precedentes, “no son suficientes para atender la demanda real del estado, sobre todo en la zona metropolitana de Mérida, donde el crecimiento urbano continúa a un ritmo acelerado”, advirtió el diseñador del hábitat Francisco Sáenz.
El especialista señaló que los desarrollos actuales se concentran en zonas periféricas desconectadas de los centros de empleo, educación y salud: “el reto no es solo construir más viviendas, sino construir mejor y en los lugares correctos, con infraestructura y servicios que garanticen la sostenibilidad del entorno urbano”.
Política integral y derecho a la vivienda digna
El documento oficial aclara que la política habitacional no se limita a la construcción de casas, sino que busca reducir desigualdades sociales, promover la inclusión territorial y garantizar el derecho a una vivienda digna.
El gobernador Joaquín Díaz Mena ha señalado que el objetivo es que “cada hogar, especialmente en comunidades indígenas y zonas rurales, sea un espacio seguro, digno y culturalmente pertinente”.
Actualmente, el Infonavit tiene en marcha 13 mil 834 viviendas con una inversión de 8 mil 275 millones de pesos, distribuidas en Umán, Mérida, Kanasín, Progreso, Tizimín y Ticul, municipios que concentran gran parte de la demanda de vivienda económica y social.
Entre los beneficiarios, Miguel Durán, quien recientemente realizó su trámite en Mérida, destacó la eficiencia del proceso: “el trámite fue más sencillo de lo que esperaba. La clave está en seguir los pasos que te indican y llevar completa la documentación. Si uno llega preparado, todo fluye rápido”.
Presión demográfica y rezago social
El diagnóstico estatal indica que Yucatán creció 18.7% entre 2010 y 2020, con un promedio de 3.5 integrantes por hogar, lo que ha generado una alta presión sobre la demanda de vivienda, especialmente en Mérida, donde la expansión urbana se extiende hacia zonas con escaso acceso a servicios básicos.
En 2020, la Conavi reportó 178 mil 292 viviendas con necesidad de mejora o sustitución, mientras que el 11.1% de la población vive en hacinamiento y el 7.6% de las viviendas carece de drenaje. Municipios como Chemax, Mayapán, Cantamayec y Tahdziú presentan los niveles más altos de rezago social.
Caída en la vivienda popular
Otro desafío es la reducción del 67% en la producción de vivienda popular desde 2013, lo que ha limitado el acceso de sectores de bajos ingresos al mercado formal. Esta disminución, sumada al aumento de precios, ha provocado que solo uno de cada cinco yucatecos pueda adquirir una vivienda sin comprometer más del 30% de su ingreso mensual.
Estrategias del plan estatal
El plan de vivienda plantea tres prioridades:
- Garantizar vivienda adecuada para población vulnerable.
- Ampliar servicios básicos en comunidades marginadas.
- Mejorar la calidad de los espacios y materiales de construcción.
Entre las estrategias se incluyen la creación de polos habitacionales sostenibles, la regularización de asentamientos irregulares, la planeación urbana con reserva de suelo para vivienda social y la rehabilitación de hogares con materiales locales adaptados al clima.

