El Museo del Louvre en París fue escenario de un robo histórico el pasado domingo, cuando fueron sustraídas ocho joyas de valor inestimable pertenecientes a emperatrices y reinas de Francia.
Aquí te contamos tres cosas sobre las joyas robadas.
Entre las piezas se encuentran la diadema de perlas de la emperatriz Eugenia, el collar y los pendientes de zafiros de la reina María Amelia y un conjunto de esmeraldas regalado por Napoleón I a su esposa María Luisa.
Joyas con historia imperial
Estas joyas, realizadas por renombrados joyeros como Alexandre-Gabriel Lemonnier, François-Régnault Nitot y Paul-Alfred Bapst, atravesaron siglos de historia francesa.
“Son parte de la historia de Francia”, afirmó el historiador Vincent Meylan, quien advirtió que su desaparición representa una pérdida cultural irreparable.
Piezas invaluables y de reciente adquisición
Siete de las joyas robadas fueron adquiridas por el museo desde 1985, incluyendo algunas provenientes de la subasta de las joyas de la corona de 1887. El conjunto de esmeraldas, por ejemplo, fue comprado en 2004 gracias al apoyo de la Sociedad de Amigos del Louvre.
Riesgo de desaparición definitiva
Expertos alertan que los ladrones podrían desmontar las piedras preciosas para venderlas por separado, lo que haría imposible su recuperación.
“Si no se recuperan pronto, desaparecerán fragmentos de la historia de Francia”, lamentó el historiador Pierre Branda.