De los 39 sistemas de tratamiento de aguas residuales con los que cuenta la Japay, únicamente 16 operan de manera completa, mientras que 8 funcionan parcialmente y 15 están fuera de servicio en su proceso de tratamiento secundario, revela un análisis de la Secretaría de Desarrollo Sustentable (SDS).

Urge rehabilitar infraestructura hidráulica

Según el documento, los sistemas más antiguos tienen más de 20 años de operación y requieren rehabilitación urgente. En varios casos, solo operan las bombas de los cárcamos receptores, que permiten mantener bajos los niveles en las redes de drenaje, sin realizar el tratamiento adecuado del agua.

La SDS advierte que la modernización y operación eficiente de las plantas de tratamiento son esenciales para evitar la contaminación del acuífero y promover la reutilización del agua, acompañadas de programas de monitoreo, regulación del uso del recurso y campañas de concientización para un uso responsable.

Un acuífero en riesgo

En Yucatán, la vulnerabilidad del acuífero kárstico, la contaminación por aguas residuales y los efectos del cambio climático complican la gestión del recurso hídrico.
El estudio advierte que solo el 2% de las aguas residuales que retornan al subsuelo son tratadas; el 98% restante arrastra materia fecal, pesticidas y lixiviados, contaminando el agua que abastece a la población.

Además, fuera de Mérida y Umán, no existen sistemas formales de drenaje sanitario ni plantas de tratamiento; en su lugar se utilizan sumideros artesanales, biodigestores o incluso se practica el fecalismo al aire libre.

Ineficiencia en el sector agropecuario

El análisis también señala un uso intensivo y poco eficiente del agua en las actividades agrícolas y ganaderas, lo que refleja una baja eficiencia económica y una problemática estructural en el aprovechamiento del recurso.

Estrategias del Gobierno estatal

Como parte del Programa de Mediano Plazo, el Gobierno del Estado busca consolidar la infraestructura de tratamiento y reducir la contaminación del agua mediante la capacitación técnica, el fortalecimiento de los laboratorios estatales y la implementación de un sistema de monitoreo de calidad del agua permanente y accesible.

Entre las acciones planteadas se incluyen:

  • Capacitación a operadores de los sistemas de abastecimiento.
  • Gestión de recursos para mantenimiento y creación de nuevas plantas.
  • Promoción de prácticas comunitarias de cuidado del agua y respeto al entorno kárstico.
  • Fomento de la regulación ambiental sobre el uso y saneamiento del agua.

La SDS concluye que, para garantizar un saneamiento continuo y correcto, se requiere inversión sostenida, personal capacitado y mantenimiento constante, ya que el deterioro actual pone en riesgo la salud de la población y la biodiversidad del estado.