Literatura yucateca crece en diversidad y temas, pero vivir de escribir sigue siendo un reto, coinciden autores del estado.
Literatura yucateca crece en diversidad y temas, pero vivir de escribir sigue siendo un reto, coinciden autores del estado.
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La escena literaria en Yucatán vive uno de sus momentos más diversos, según coinciden autores radicados en el estado. Sin embargo, también advierten que vivir de la escritura sigue siendo, para la mayoría, una “misión imposible”.
“El panorama actual está más vivo que nunca”, aseguró Ricardo Guerra de la Peña, escritor y tallerista. “

Ya no solo escribimos para nosotros mismos, en el estado, sino que hay presencia en otras regiones del país, como el norte o el centro”.
Para Guerra, el cuento, que alguna vez dominó la escena local, ha cedido terreno a géneros como la novela, el ensayo o la crónica.

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Nuevos temas, formatos y generaciones

Esta diversidad también la reconoció la escritora y crítica literaria Rosely Quijano León. “Hace veinte años, la literatura en Yucatán era más limitada en cuanto a temas y generaciones”, precisó.
“Hoy, se ha abierto no solo en géneros, sino también en formatos y edades”. Desde su óptica, plataformas digitales, como blogs o redes sociales, han permitido que escritores jóvenes difundan sus obras sin depender exclusivamente de las instituciones culturales.

Vivir de escribir en Yucatán sigue siendo complicado

Pero esa misma apertura también ha traído consigo desafíos, sobre todo en materia económica. Guerra, por ejemplo, relató que, para subsistir, ha recurrido a impartir talleres literarios bajo cooperación voluntaria.
“Mi economía depende a veces de si llueve o no, porque si llueve no va tanta gente al taller”, bromeó. Aunque ha logrado publicar en revistas como Gatopardo, reconoció que vender cuentos o poemas es casi imposible.
“Más allá de concursos, nunca me han pagado por un cuento”, sentenció.

El periodismo narrativo como alternativa

En ese sentido, la crónica y el periodismo narrativo han sido salidas viables para él. “La crónica es mucho más generosa. Me acerqué al periodismo por necesidad, pero terminé disfrutándolo”, confesó.

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Por su parte, Miguel Ángel Cocom Mayén, poeta y narrador, opinó que los escritores actuales han dejado atrás el folclorismo regional para adentrarse en temas como la defensa del territorio, la perspectiva de género y los derechos indígenas.
“La literatura yucateca ya no se encierra en sí misma. Está buscando una universalidad desde lo local”, celebró.

Obstáculos en la publicación y distribución

No obstante, los canales de difusión siguen siendo limitados. Muchos autores recurren a la autopublicación en plataformas como Amazon o Substack ante la falta de apoyos institucionales.
Cocom lamentó que iniciativas como el Consejo Editorial de la Secretaría de Cultura estatal ya no existan, ya que “eso ayudaba a publicar obras locales; y hoy tenemos que buscar otras rutas”.

Las editoriales independientes han sumado voces yucatecas a sus catálogos, pero el volumen de producción supera ampliamente su capacidad. Esto obliga a muchos escritores a financiar sus publicaciones, lo que implica gastos en registro, impresión y distribución.
“El autor recibe apenas el 10 o 20 por ciento del precio de venta de un libro”, expuso Rosely Quijano.

Lectores yucatecos prefieren libros impresos sobre la lectura digital, valorando el contacto físico y la experiencia sensorial del papel.
Lectores yucatecos prefieren libros impresos sobre la lectura digital, valorando el contacto físico y la experiencia sensorial del papel.

La comunidad literaria como sostén emocional y creativo

A pesar de los obstáculos, hay un elemento que mantiene a flote a los creadores: la comunidad. Guerra insiste en que escribir no tiene por qué ser un camino solitario.
“Rodearse de personas que escriban mejor que uno y que tengan más lecturas es fundamental”, aconsejó.
Coincidió con él Miguel Cocom, quien animó a los jóvenes a “leer mucho, escribir menos de lo que se lee; y participar en cuantas convocatorias les sea posible”.