“Lamento arruinar el día”, expresó una joven estudiante de preparatoria en Pijijiapan, Chiapas, al usar su ceremonia de graduación como plataforma para denunciar el acoso y maltrato por parte de docentes del plantel.

Acoso sistemático y silencio institucional

Durante su discurso de fin de cursos, la estudiante denunció públicamente la discriminación, los comentarios inapropiados y el acoso han enfrentado por parte de profesores.

Afirmó que en esa escuela "por muchos años han habido maestros prepotentes y malcarados", y que una parte considerable del personal docente son hombres que, más allá de ser hombres, son acosadores.

“El mejor amigo de un acosador suele ser otro acosador”, dijo la joven, señalando que encubrir este tipo de comportamientos también es una forma de complicidad.

Expresó su preocupación por las generaciones que vienen detrás y lamentó no haber denunciado antes. “Lamento profundamente no haberlo hablado antes”, afirmó.

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Un llamado a romper el silencio y denunciar acoso

La joven también exhortó a sus compañeras a alzar la voz:

“Chicas, si alguna vez un maestro les mandó un mensaje que no debía o les dijo algo inapropiado frente a todo el salón, hablen. No están solas.”

Pidió a las autoridades escolares la creación de espacios seguros y mecanismos reales de denuncia, como un buzón de quejas y apoyo psicológico dentro del plantel. Dirigiéndose directamente al director, comentó:

“Fui compañera de su hija, y le juro que si ella hubiera estado aquí, yo hubiera hablado por ella también.”

"Nosotras nos vamos, pero otras se quedan"

Antes de finalizar, lanzó un mensaje directo a los profesores:

“Nosotras nos vamos, pero ustedes se quedan. Aunque muchos están aquí no por vocación sino por el sueldo, al menos deberían tener educación, tacto y respeto por las alumnas. También tienen hijas.”

Esta joven cerró su discurso y los asistentes le aplaudieron, en muestra de solidaridad, en señal de que no está sola, y de que es importante alzar la voz.