Los pescadores de Agua Amarga han comenzado un cambio profundo: pasaron de capturar tiburones a convertirse en capitanes turísticos que buscan conservar el mar. Esta transición, liderada por comunidades costeras en Baja California Sur, responde al colapso pesquero provocado por prácticas industriales e ilegales, y abre paso a un modelo sostenible basado en el turismo comunitario.

Del tiburón al turista: transformación de la pesca

Durante generaciones, Agua Amarga fue reconocida por su tradición tiburonera. Sin embargo, la sobrepesca, la falta de regulación y los precios injustos en el mercado pesquero llevaron a pescadores como Félix Rochín y Joel Lucero a replantearse su futuro.

Con el apoyo de la organización Orgcas, un grupo de siete pescadores inició su transición al turismo en 2022. Obtuvieron capacitación, seguridad marítima y formación cooperativa. Hoy, ofrecen experiencias educativas, recorridos guiados y avistamientos marinos alrededor de Isla Cerralvo y Bahía de los Muertos, zonas clave para la biodiversidad marina.

Turismo comunitario y conservación marina

El turismo sustentable se ha convertido en una alternativa realista y ecológica. Los pescadores no solo comparten sus conocimientos del mar, sino que también promueven la educación ambiental al narrar su historia como ex-tiburoneros.

“El turismo nos permite cuidar el mar mientras generamos ingresos”, explica Lucero. Los recorridos se han vuelto una vía para conservar tiburones y hábitats marinos, mientras los visitantes aprenden del vínculo entre comunidad y naturaleza.

Desafíos de la reconversión pesquera

Aunque prometedor, el cambio no ha sido sencillo. El mercado turístico es competitivo y dominado por grandes operadores. La falta de regulación y permisos en zonas clave dificulta la profesionalización de estas nuevas cooperativas.

Aun así, el esfuerzo ha dado frutos. En 2024, Orgcas realizó 114 salidas científicas al mar, generando ingresos y evitando la captura de más de 1,100 tiburones. Los pescadores de Agua Amarga han demostrado que es posible dejar la pesca depredadora sin perder el sustento.

Mobulas en Bahía de los Muertos, Baja California Sur. Fuente: Eliseo Geraldo

Experiencia, identidad y valor comunitario

La propuesta de valor de este proyecto radica en el conocimiento profundo que los pescadores tienen del mar. Sus recorridos no solo muestran la biodiversidad, también transmiten historia, cultura y un compromiso real con la conservación marina.

“Si no hay tiburones, no hay historias que contar. Preferimos verlos nadar libres que malvenderlos”, dice Rochín, quien ahora vive del turismo. Esta decisión representa una apuesta por la resiliencia comunitaria y el futuro de los océanos.

Por Daniela Reyes / Causa Natura Media

*Este reportaje forma parte de la serie #TiburonerosEnCrisis, un especial sobre los diferentes retos que enfrenta la pesca de tiburón en México. Publicado originalmente en Causa Natura Media.