Uno de los principales retos que enfrentan hoy las universidades mexicanas es integrar de forma real la promoción de la salud en su agenda institucional. Entre los obstáculos más significativos destacan la voluntad institucional limitada, la falta de diagnósticos epidemiológicos que permitan dimensionar el problema alimentario en los campus, y una persistente resistencia cultural a cambiar hábitos profundamente arraigados desde la infancia.
Estas reflexiones surgieron en el marco del programa Estar Bien UADY, que presentó la entrevista virtual “Alimentación y prevención en el contexto de salud universitaria”, con la participación de especialistas de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), convocadas por la Red Mexicana de Universidades Promotoras de la Salud.
El encuentro tuvo como objetivo analizar los desafíos y compartir estrategias efectivas para fortalecer la alimentación consciente y sostenible en entornos universitarios.
Las expertas expusieron problemas alimentarios comunes entre estudiantes, como la ingesta de productos ultraprocesados, la omisión del desayuno, y las dietas no supervisadas.
Asimismo, señalaron factores de riesgo como el estrés académico, las limitaciones económicas y la desinformación nutricional, que impactan directamente en la salud del estudiantado. Iniciativas como las Cafeterías Saludables o los chequeos clínicos a alumnos de nuevo ingreso se destacaron como buenas prácticas institucionales.
Coincidieron en que para transformar el panorama alimentario universitario se necesita más que buenas intenciones: es indispensable alfabetizar en salud alimentaria, ofrecer opciones saludables accesibles y construir entornos que faciliten decisiones informadas. Solo así será posible avanzar hacia una alimentación consciente y sostenible que contribuya al bienestar de toda la comunidad universitaria.
El diálogo reunió a especialistas de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), quienes analizaron los principales desafíos alimentarios dentro del entorno universitario.
La charla, presentada por el Mtro. Darío Hernández, subrayó la urgencia de repensar las prácticas alimenticias en campus y fortalecer la cultura del autocuidado en estudiantes, docentes y personal administrativo.
Retos actuales en la alimentación universitaria
Durante el encuentro, las expertas Rosario de Fátima Cervantes, María Guadalupe Martínez Peña, María del Carmen Caamaño y Adriana Aguilar Galarza destacaron problemáticas comunes, como el consumo excesivo de alimentos ultraprocesados, el ayuno prolongado, las dietas sin supervisión profesional, la falta de tiempo para comer adecuadamente y la desinformación nutricional.
Adriana Aguilar expuso resultados del programa Su Salud, que evalúa clínicamente a estudiantes de nuevo ingreso en siete facultades. Esta iniciativa ha detectado patrones alimentarios preocupantes que se repiten año con año, lo que evidencia la necesidad de acciones sostenidas en materia de salud.
Estrategias universitarias para fomentar la salud
Entre las propuestas destacadas, la Mtra. Rosario de Fátima Cervantes compartió los avances del programa de Cafeterías Saludables en la UAQ, una iniciativa que busca ofrecer opciones accesibles, equilibradas y atractivas para la comunidad universitaria.
Por otro lado, la Dra. María del Carmen Caamaño habló sobre los factores de riesgo vinculados con la mala alimentación, como el estrés académico, las limitaciones económicas y el manejo inadecuado del tiempo, que afectan directamente las decisiones alimentarias de estudiantes.
Prevención y cultura del autocuidado en campus
Las universidades también implementan chequeos clínicos integrales y servicios médicos preventivos en sus clínicas, con el objetivo de reducir la incidencia de enfermedades no transmisibles y reforzar una cultura del bienestar.
A pesar de estos esfuerzos, persisten desafíos estructurales como la falta de diagnósticos epidemiológicos, la escasa voluntad institucional y la resistencia cultural al cambio de hábitos alimentarios adquiridos desde la infancia.
Las expertas concluyeron que solo con alfabetización alimentaria, entornos favorables y acceso a opciones saludables será posible lograr una verdadera transformación hacia una alimentación consciente y sostenible en las universidades mexicanas.