Las leyendas del pueblo maya son relatos que han trascendido generaciones, preservando la sabiduría y cosmovisión de una de las civilizaciones más emblemáticas de Mesoamérica.
Teniendo en cuenta dicha relevancia, decidimos hacer un pequeño compilado de aquellos relatos mayas infantiles, algo más que adecuado y digno para el próximo 30 de abril. Al final de la nota te dejamos el link donde puedes leer completos los relatos.
AKBAL Y CANEK
Akbal y Kanek, dos hermanos agricultores, crecieron con un profundo temor hacia los chom, aves místicas que anuncian la oscuridad y están ligadas a la muerte. Criados en el campo, heredaron de su padre Yaxkin la tradición del cultivo del maíz.
Cuando Yaxkin enfermó, el miedo a los chom se intensificó, especialmente tras una inquietante visión que tuvo Kanek. Mientras su padre se debilitaba, los hermanos enfrentaron sus temores y recibieron de él un último deseo: mantenerse unidos y preservar la tradición familiar.

El campesino y el árbol
En un mundo donde los árboles esperan ser reconocidos por los hombres por sus dones curativos, constructivos o sanadores, uno de ellos, el Ciricote, vive en profunda tristeza, desconectado del cielo.
Durante una jornada de tala, un campesino escucha su voz y se sorprende al descubrir que el árbol puede hablar. El Ciricote le explica su especial conexión con los tres niveles del cosmos y revela que su misión no es dar madera, sino algo distinto. Intrigado, el campesino decide cuidarlo, iniciando una relación que transformará su forma de ver la naturaleza.

El cuidador del bosque
En tiempos antiguos, los dioses crearon a los hombres para ser alabados y les dieron la naturaleza como un don sagrado. Sin embargo, con el tiempo, los humanos perdieron el equilibrio con el entorno, olvidando la gratitud y el respeto por la vida natural.
En medio de esta decadencia, Quiej, el cuidador del bosque, es visitado por los dioses del monte y la lluvia, quienes le advierten de un castigo si no se protege la vida silvestre.
Movido por este mensaje, Quiej comienza una intensa labor de observación, defensa y restauración del bosque, iniciando un camino que cambiará su destino y el de su comunidad.

El hombre sin nombre
En los primeros días del mundo, los dioses mayas intentaron crear al ser humano, primero con barro y luego con piedra, pero ambos fracasaron. Fue entonces que, usando maíz —el alimento sagrado—, crearon al primer hombre capaz de resistir el entorno y pensar por sí mismo.
Aunque este nuevo ser superó los desafíos del mundo, pronto comenzó a experimentar un vacío que no podía entender ni calmar. Al notar esto, los dioses decidieron intervenir nuevamente, trayendo consigo una transformación profunda en la historia de la humanidad.

La luz perdida
Tras la misteriosa desaparición de una luz esencial para la vida, la comunidad cae en el caos y la desesperación. Los sabios no encuentran respuestas, los rituales pierden sentido y el temor a la ira de los dioses se apodera de todos.
En medio de la confusión, una niña llamada Amaité encuentra una piedra cristalina con un brillo intermitente. A medida que la guarda y sueña con escenas de conflicto, Amaité empieza a cambiar, y con ella, también su comunidad. Guiados por su luz interior, los aldeanos comienzan a reencontrarse, recuperar la armonía y realizar rituales en busca de lo perdido.

Nicté
En lo profundo de la selva, Nicté, una niña de ocho años con una gran imaginación y amor por la naturaleza, vive con su padre en una humilde casa de palma y madera. Su mundo cambia repentinamente tras enfermar gravemente luego de recostarse bajo un árbol misterioso.
Su padre, Kin, se ve obligado a enfrentar la selva y su sabiduría ancestral en busca de una cura. Guiado por antiguos relatos sobre los árboles hermanos Chechén y Chacah, símbolos de la eterna dualidad entre el bien y el mal, inicia una desesperada búsqueda en medio de la noche y el peligro.

¿Qué origen tienen estas leyendas y donde leerlas completas?
Las ilustraciones que acompañan estas historias están inspiradas en los murales mayas del Templo de las Pinturas en Bonampak y en el entorno selvático de la región lacandona. Cada relato se fundamenta en las crónicas del Popol Vuh, recogiendo valores universales que dan forma a esta breve antología.
A lo largo de estas narraciones, se refleja la valentía de los guerreros, el amor por la familia, el respeto profundo por la naturaleza y la riqueza de los rituales ancestrales. Todo ello con el propósito de resaltar las aportaciones del pueblo maya y reconocer las virtudes de las mujeres y hombres que habitan las comunidades de la península de Yucatán.
Esta hermosa antología, disponible en español y maya, puedes leerla completa AQUÍ.