La crisis de vivienda en España ha alcanzado un punto crítico, y el caso de Lorena Pacheco lo demuestra.

La joven logró alquilar un apartamento solo gracias a un sorteo del Ayuntamiento de Madrid, una situación que refleja la difícil realidad del acceso a la vivienda en el país.

Un sorteo como única oportunidad

Lorena, auxiliar de enfermería de 30 años, seguía el sorteo en redes sociales cuando un funcionario anunció su nombre entre los 64 afortunados.

Su reacción fue una mezcla de euforia e incredulidad, pues su nombre fue seleccionado entre 44.000 solicitantes que competían por una vivienda social en Villa de Vallecas, al sur de Madrid.

Antes de esto, la joven pasó dos años buscando opciones de alquiler, pero los precios la obligaban a seguir viviendo en casa de sus padres. Su novio, Sergio Encinas, de 31 años, comparte la frustración:

"El depender de la suerte para poder independizarte (...) es una realidad que vivimos en este país".

A pesar de tener trabajo estable y salario fijo, muchas personas jóvenes no pueden permitirse pagar un alquiler.

Alquileres en aumento y escasez de viviendas

Los precios de alquiler en Madrid han aumentado un 82% en una década, según el portal inmobiliario Idealista. Esto ha hecho que el acceso a una vivienda sea cada vez más difícil para miles de ciudadanos.

Actualmente, la capital española cuenta con 9.200 viviendas de alquiler social para una población de 3,4 millones de habitantes, una de las cifras más bajas de la Unión Europea.

A modo de comparación, París cuenta con 260.570 viviendas sociales para 2,1 millones de habitantes y Berlín con 100.000 para 3,4 millones de residentes. Ante esta situación, el Ayuntamiento de Madrid realiza sorteos trimestrales de entre 50 y 200 viviendas, priorizando a jóvenes y familias con hijos menores.

Déficit de viviendas y protestas

El portavoz de Idealista, Francisco Iñareta, advierte que España enfrenta un déficit de más de 600.000 viviendas. Aunque cada año se crean 120.000 nuevos hogares, solo se construyen 90.000 viviendas, lo que genera una brecha cada vez mayor.

Este problema ha llevado a protestas masivas en Madrid, Barcelona y Valencia, donde los alquileres suben hasta un 20% anual. En respuesta, algunos inquilinos han optado por huelgas parciales de alquiler, como Rodrigo Sainz, quien comparte apartamento con dos personas y se ha negado a pagar el incremento mensual de 150 euros.

"La vivienda debe ser un derecho, no un bien de mercado con el cual se pueda especular", afirma el profesor de circo, cuyo apartamento pertenece a un fondo de inversión.

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