Durante un recorrido de 24 HORAS Yucatán por el lugar, el representante de los productores de sal, José Guadalupe Chi Aké, apuntó que actualmente se enfrentan a una nueva amenaza, ya que el municipio pretende instalar una tubería de agua potable, pero temen que de dañarse, acabaría con las últimas 15 charcas con las que cuentan.
Lugar para visitar
Este espacio se encuentra a 40 minutos de Mérida, entre los cruces que dividen los municipios de Telchac Puerto y Dzemul, la entrada al sitio es de fácil acceso para los visitantes, en les da la bienvenida una tradicional casa maya en donde se venden artesanías y la propia sal cosechada en el lugar.
A unos metros se ven las primeras charcas, una de ellas, la que no se utiliza para la producción del mineral, es donde los turistas pueden darse un baño exfoliante.
Las charcas donde si se cosecha la sal tienen una tonalidad rosa similar a la de las Coloradas, en Río Lagartos, es donde de manera artesanal se cultiva la sal.
En esta época del año aún el nivel del agua es alto, no obstante, en abril o mayo, cuando el calor es intenso el proceso continúa y termina con la temporada de lluvias, explicaron los artesanos del lugar.
Beneficios con la visita
El pago que hacen los visitantes les da derecho a un un recorrido en el lugar, guiados para acceder a las charcas en donde también pueden observar aves acuáticas como garzas, patos e incluso flamencos.
Chi Aké insistió que si durante los trabajos de instalación o posterior de la tubería falla, la combinación de agua dulce con la salada ocasionaría que el mineral se disuelva, arruinando la producción de un año.
Externó que, como parte de los pueblos originarios, sus habitantes tienen derecho a la consulta informada acerca de su territorio, cuando se pretende modificar sus tierras, y sostuvo que no hubo tal, por lo que exigen a las autoridades a respetar su libre determinación.
Consecuencias
Relató que esa obra es resultado de ventas del territorio de Dzemul para desarrollos habitacionales y dotar de servicios básicos a esos nuevos espacios, los cuales amenazan su cultivo artesanal.
La red en construcción por parte del alcalde José Wilberto Flota Aké, es de unos 15 kilómetros, atraviesa humedales, áreas naturales protegidas y aseguran está ocasionando también daños a la flora y fauna.
Los afectados aseguraron que incluso empleados municipales arrojaron material en las entradas de las charcas para bloquear el acceso de quienes se oponen al proyecto.
“Están intentando destruir los manglares, que no solo son nuestro sustento, sino también un ecosistema clave para la región”, dijeron los afectados.
En 2023, las autoridades ambientales clausuraron los trabajos por primera vez.
En mayo de 2024, llegó la segunda suspensión.
Chi Aké dijo que, sobre el pago por día que reciben los productores, son de 300 pesos al sacar un cerro de 1.2 metros
El precio de la tonelada de sal oscila entre los dos mil 600 pesos.