Construir en laderas peligrosas en Bolivia expone a miles a riesgos climáticos. En La Paz, las lluvias ya destruyeron cientos de viviendas.
Fotos: AFP/Construir en laderas peligrosas en Bolivia expone a miles a riesgos climáticos. En La Paz, las lluvias ya destruyeron cientos de viviendas.

En 2011, el comerciante aimara Cristóbal Quispe perdió su vivienda tras un derrumbe que destruyó 400 edificaciones en el Valle de las Flores, al este de La Paz. Pese a las advertencias, Quispe volvió a construir en la misma zona, una práctica recurrente en áreas catalogadas como de alto riesgo.

Desde noviembre, las lluvias en Bolivia han provocado deslizamientos y desbordes de ríos, dejando 16 víctimas mortales, según cifras oficiales.

En el caso del Valle de las Flores, un parque infantil quedó reducido a la mitad tras un deslizamiento reciente.

Zonas urbanas altamente vulnerables

América Latina es una región vulnerable al cambio climático. Según el arquitecto Ramiro Rojas, la falta de planificación urbana y las desigualdades sociales agravan los riesgos. Ciudades como La Paz, construida en una hoyada a 3,600 metros de altura y surcada por más de 300 ríos, enfrentan suelos inestables que complican el desarrollo urbano seguro.

En La Paz, el 18,4 % de los inmuebles registrados está en zonas de alto riesgo, mientras que un 44,2 % se encuentra en áreas de riesgo moderado, según datos del municipio.

El impacto del cambio climático en la vivienda

La ocupación de terrenos vulnerables es una práctica común en la región. Stephanie Weiss, investigadora del Instituto Boliviano de Urbanismo, explica que muchas construcciones se realizan sin autorización, con la esperanza de que sean regularizadas más adelante.

Entre 2021 y 2024, el 75 % de las construcciones aprobadas en La Paz correspondieron a edificaciones no autorizadas previamente.

Lucas Morales, mecánico paceño, perdió parte de su terreno en 2024 debido al aumento del cauce del río Irpavi. Aunque ahora cuenta con los documentos que avalan su propiedad, teme que las lluvias vuelvan a causar estragos en la zona.

Viviendo al filo del abismo

Para muchas familias en La Paz, abandonar sus hogares no es una opción. Cristina Quispe, de 48 años, vive bajo un letrero que indica "área de riesgo" y asegura no tener miedo. "No hay a dónde ir", comenta mientras señala las viviendas destruidas a su alrededor.

El desafío de garantizar una vivienda segura persiste, mientras las lluvias y los deslizamientos continúan afectando las zonas vulnerables de la ciudad.

Texto y fotos: AFP

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