Abraham Bote Tun
La película Corina es un recordatorio de que en México es posible hacer cine de alta calidad, más allá de la comedia ligera popularizada por figuras como la familia Derbez.
Este filme demuestra que no se necesitan grandes presupuestos, efectos especiales impresionantes ni locaciones exóticas para crear una obra extraordinaria. Lo esencial está en un buen guión, una narrativa sólida, personajes profundos y actuaciones destacadas.
Además, Corina rinde homenaje a un mundo en vías de extinción: el de las imprentas, los periódicos y el arduo trabajo de los editores, cuya dedicación suele pasar desapercibida. La película reivindica el arte de la escritura y el poder de expresarse a través de las palabras y el papel.
En una era dominada por lo digital, nos invita a redescubrir la belleza de lo tangible: el acto de tomar un lápiz, escribir sobre papel y reconectar con una forma de comunicación más íntima y nostálgica.
Es también un llamado a rescatar esas ideas que guardamos en el cajón de nuestra mente: esa obra literaria, crónica o texto periodístico que hemos postergado o ni siquiera comenzado.
Corina nos inspira a escribir, a contar historias y a plasmar los vínculos y vivencias que definen nuestra humanidad. Al final, lo que nos queda son las historias que vivimos y las que decidimos compartir.
Al final, Corina nunca tuvo agorafobia. Lo que heredó de su madre fueron los miedos que ella misma le transmitió tras la muerte de su padre. Así, Corina, una joven introvertida y tímida, vence esos "miedos" y se atreve a salir más allá de su cuadra.
Con ello, logra escribir las historias que rondan su cabeza y deja de guardarlas en un baúl bajo su cama; al mismo tiempo que crea vínculos con otros seres humanos igual de rotos, perdidos, solos, que ella; que le enseñan otras formas de ver la vida.
Corina, una película original de Urzula Barba y Samuel Sosa, se estrenó el 9 de enero en Cinépolis. Protagonizada por Naian González Norvind y Cristo Fernández, aborda el tema de la agorafobia de manera sensible, presentando un drama con conflicto y profundidad, pero también con tonos cómicos que la hacen una película fresca.
Corina (Naian González Norvind) lleva 20 años sin salir de su casa, más que para trabajar en una editorial ubicada en la colonia donde vive. Después de cometer un grave error con el final de la saga de libros más famosa de la empresa, Corina deberá vencer sus miedos con la ayuda de Carlos (Cristo Fernández) y embarcarse en un viaje en busca de una misteriosa escritora para salvar su trabajo y el de sus compañeros.
Corina es una correctora de estilo de novelas vaqueras y su vida transcurre en su casa llena de libros, a unas pocas cuadras de su trabajo, en la redacción de un diario. Tiene una rutina muy específica cada día que enfrenta para ir al periódico.
Para ello, lucha contra sus miedos y pasa por una cafetería donde Fernanda (Ariana Candela) le prepara su café y le lleva el mandado a René.
Sin embargo, algo cambia. La cafetería está en remodelación, ya que Carlos (Cristo Fernández), primo de Fernanda, invertirá el dinero que ganó en Estados Unidos para expandir el negocio. Para Corina, cualquier cambio es difícil, pero gracias a las personas que la conocen, especialmente a quienes conocieron a su padre, un reportero, tiene ciertas consideraciones. Así, Fernanda se ofrece a ayudarla y Liliana (Laura de Ita) accede a que trabaje en una oficina aislada.