En un ambiente lleno de misticismo y esperanza, miles de personas se reunieron este sábado en el emblemático monumento de Stonehenge, Inglaterra, para celebrar el solsticio de invierno, el día más corto del año en el hemisferio norte.
Un amanecer mágico en Stonehenge
Desde antes del amanecer, unas 4,500 personas se congregaron en el monumento neolítico, marcando una tradición observada desde hace miles de años. Con atuendos de druidas, pinturas corporales y motivos florales, los asistentes aplaudieron al ver los primeros rayos de sol sobre las icónicas piedras alineadas con el eje solar en los solsticios.
«Celebramos la renovación, el renacimiento y reflexionamos sobre el año que concluye», expresó Chris Smith, un funcionario de 31 años que participó en la festividad.
Stonehenge: Un legado arquitectónico y espiritual
Construido entre 3,000 y 2,300 años antes de nuestra era, Stonehenge es uno de los monumentos megalíticos más destacados del mundo. Sus piedras, dispuestas en círculos precisos, son accesibles al público en eventos especiales como el solsticio de invierno, permitiendo una conexión directa con su historia.
El monumento también recibe miles de visitantes el 21 de junio, durante el solsticio de verano, convirtiéndose en un punto clave para quienes buscan experimentar este fenómeno astronómico.
AFP