Un nuevo estudio publicado en Nature ha dado un giro al debate sobre el origen de la sífilis, destacando que la bacteria Treponema pallidum, causante de esta enfermedad, tuvo una alta diversidad en América antes de la llegada de Cristóbal Colón.
Un hallazgo respaldado por la ciencia
El análisis, liderado por un equipo multidisciplinario del Instituto Max Planck, incluyó a expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en México.
La investigación reveló que enfermedades como la sífilis, el pian y el bejel tienen raíces en el Nuevo Mundo, donde existió una notable diversidad de Treponema.
Los investigadores recuperaron y estudiaron cinco genomas antiguos de esta bacteria en restos arqueológicos de Chile, Perú, Argentina y México, fechados principalmente antes del contacto europeo. Este hallazgo refuerza la hipótesis colombina, que sugiere que estas enfermedades se propagaron a Europa tras la llegada de Colón.
Análisis de restos mexicanos
En México, se analizaron restos óseos de dos infantes prehispánicos: uno tepaneca, de cuatro años, y otro mexica, de dos años. Ambos mostraban lesiones óseas compatibles con enfermedades causadas por Treponema.
Estos restos fueron descubiertos en proyectos arqueológicos en la Ciudad de México, específicamente en San Simón Tolnahuac y la estación Refinería del Metro.
¿Qué significa este descubrimiento?
El estudio no solo aporta pruebas de la diversidad de Treponema en América, sino que también sugiere que linajes hermanos de esta bacteria, hoy extintos, circularon en el continente antes del siglo XV. Estos linajes son los ancestros de las variantes modernas que aún afectan a la humanidad.
Debate sobre el origen de la sífilis
El origen de la sífilis ha dividido opiniones durante décadas. La teoría colombina indica que la enfermedad fue llevada a Europa desde América, mientras que la teoría precolombina sostiene que ya existía en el Viejo Mundo.
Este estudio inclina la balanza hacia la primera hipótesis, gracias a los avances en tecnología de ADN patógeno y análisis paleopatológicos.
Este hallazgo redefine nuestra comprensión de cómo estas enfermedades se originaron y se propagaron globalmente, destacando la importancia del continente americano en esta historia.