En esta temporada navideña, cuando el bacalao se convierte en el ingrediente estrella en muchas mesas mexicanas, la organización internacional Oceana en México señala que en ocasiones lo que se vende se trata de otras especies de escamas, algunas de ellas en peligro de extinción y que llegan a la mesa de las familias de forma ilegal.
La organización señala que se ha detectado que tres de cada 10 veces que se compra bacalao, se está adquiriendo otra producto, que son de menor valor como rayas, mantarrayas o algún tipo de tiburón.
De acuerdo con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés), estas especies están en peligro de extinción como el tiburón martillo o bien otras están en la categorías de “casi amenazadas” como el tiburón toro o el zorro.
El coordinador de Investigaciones y Política Pública de Oceana en el país, Esteban García-Peña Valenzuela dijo a 24 HORAS Yucatán que la situación en la entidad, es similar a lo que ocurre en el centro del país respecto a que el bacalao es un producto de importación, que se pesca hacia el norte del Golfo de México se utiliza para otros fines
Explicó que, según los análisis de ADN realizados a diferentes muestras de bacalao, lo más grave de esta sustitución es que en el 66% de las veces se trata de especies que están protegidas o en su caso en peligro de extinción y que en ocasiones el producto que llega al consumidor es producto de la pesca ilegal o no reglamentada.
Sustitución
Indicó que si bien el problema es particularmente grave en la Ciudad de México, especialmente en pescaderías y restaurantes, donde se han encontrado tasas de sustitución del icónico platillo para las cenas decembrinas hasta de un 55 y 40%, respectivamente esto sucede en el resto del país, incluyendo Yucatán.
“En el caso de los supermercados el porcentaje es más bajo registrando en tal sentido el 4.5%, ya que este tipo de establecimientos tienen proveedores certificados.
“El bacalao noruego es el que se prepara a la vizcaína y es lo que se importa, entonces básicamente la misma proporción de la sustitución que hay en la Ciudad de México es la misma que se da en otras partes del país, sobre todo en lugares en donde hay comercios que lo sirven”, apuntó el investigador.
García-Peña Valenzuela indicó que en el 28% de los casos de sustitución del bacalao son en realidad especies de escama marina como el mero, esmedregal, robalo o merluzas e inclusive tilapia. “En el peor de los casos, en un 6% nos encontramos que era con tilapia importada de China”, añadió.
Expuso que este engaño también pega en el bolsillo del consumidor, ya que el precio del producto que se pretende adquirir, en este caso bacalao, es mucho más costoso de aquel por el que se le sustituye.
García-Peña Valenzuela consideró que para encontrar una solución a esta y otras sustituciones de productos que se pretende llevar a la mesa, pero que finalmente no se consigue, en primera instancia, se debe poner atención en dos aspectos: evitar caer en el delito de la pesca ilegal, y tener un marco jurídico robusto para combatir estos actos.
Apuntó que desde hace cuatro años la NOM 038 ha estado congelada en la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca), por lo urgió la necesidad que se haga efectiva para la trazabilidad de productos pesqueros. Esto con la finalidad de que se pueda garantizar que desde que se pesque el producto sea el que efectivamente llegue a la mesa del consumidor.
Finalmente, opinó que se debe exigir el producto que se está comprando.