Pese a que aún faltan unos días para una de las fechas más emblemáticas de la fe católica en México, el Día de la Virgen de Guadalupe cientos de personas ya se congregan en el Santuario Guadalupano por excelencia en el estado, la iglesia de San Cristóbal.
Su atrio se llena de historias de feligreses que movidos por su creencia viajan o pedalean cientos de kilómetros para llegar a este punto de encuentro, el cual afirman es con la madre de todos los mexicanos.
Fabián Chim es un joven peregrino su travesía empezó hace poco más de un mes, salió de su natal Tekit a bordo de su bicicleta, a cuestas dos imágenes de tamaño natural de la Virgen del Tepeyac y de San Judas Tadeo; con un peso aproximado de 40 kilos, con algunos víveres, agua y refacciones se dirigió a su destino, la Basílica de Guadalupe en la Ciudad de México.
Teniendo únicamente su fe como motor dice que sorteó lluvia, frío, calor y riesgo constante en las carreteras empinadas, ya que los tráileres pasaban junto a él, sin ninguna consideración haciendo en ocasiones que casi perdiera el equilibrio y se accidentara, pero no claudicó. Incluso no dudó en ser constante en su viaje, pese a la inseguridad que las carreteras del país representan.
“Tengo un hijo que va cumplir tres años, el 6 de enero, eso me motivó. Fue duro el viaje, pero siempre hubo alguien que me tendiera la mano que me regalara un chesco o un taco”, indicó.
Por su parte, Antonio es un antorchista salió desde Chiapas la tarde del miércoles, llegó a la capital del estado por la tarde del jueves acompañado de 22 jóvenes su motivación es distinta. Este año a diferencia de los anteriores la petición a la virgen es para que al fin haya paz en su estado.
Su intención es que los jóvenes que también realizaron el viaje también pidan por la situación de su estado y ya para mañana por la tarde seguir su camino hacia Chiapas.
La feligresía meridana también tiene su propio espacio, son las personas del sindicato de jubilados del IMSS quienes llegaron a su cita puntual de cada año para agradecer lo recibido este 2024, portando sus trajes regionales que engalanaron el templo de San Cristóbal.
Como cada año, cada persona realiza su propio recorrido, las motivaciones son diversas, pero el común denominador es llegar puntual a su cita con la fe.