Las calles de Chuburná, Mérida, se han transformado en un vibrante jardín lleno de colores, preparándose para la celebración del Hanal Pixán, una festividad que honra a los difuntos en Yucatán.
La colonia se ha vestido de flores de amor seco, virginias, abanico y cempasúchil, creando una atmósfera especial que anticipa el Día de Muertos.
Un aumento en los precios afecta a los floristas de la región
No todo es color en este panorama; detrás de la belleza floral se esconde una compleja situación económica. Los floristas de Chuburná han experimentado un aumento en los precios de entre un 20% y un 40% en comparación con el año pasado.
Factores como la inflación y las condiciones climáticas, que han alternado entre sequía y lluvias intensas, han encarecido la producción y el transporte de las flores, especialmente del cempasúchil, traído desde el centro de México.
Competencia y bajos márgenes complican la situación
Para floristas como Julián Mugarte, quien vende desde hace cinco años en la calle 17 de Chuburná, la competencia se ha vuelto feroz. “Desde la reactivación post-pandemia, cada esquina tiene un puesto de flores, y eso dificulta recuperar los costos”, comenta Julián.
La ganancia promedio ha disminuido: en lugar de obtener 400 pesos por cada 1,000 invertidos, ahora solo recuperan cerca de 200 pesos.
Alternativas y opciones para todos los presupuestos
A pesar de los precios elevados, los floristas ofrecen una variedad de opciones para cada bolsillo. Los ramos de amor seco, virginias, abanico y cempasúchil están disponibles desde 40 hasta 80 pesos, mientras que los ramos más grandes y coloridos pueden alcanzar los 200 pesos.
Estas flores son indispensables para el Hanal Pixán, ya que son una expresión de respeto y cariño hacia los ancestros.
Esperanza y tradición en Hanal Pixán
Los comerciantes como Dionisio, que atiende en la calle 19 de Chuburná, mantienen la esperanza de que las familias yucatecas sigan acudiendo a sus puestos para comprar flores. “El Hanal Pixán es una tradición importante para nuestra cultura. A pesar de los precios, la gente sigue buscando las mejores flores para sus altares”, dice.
El Hanal Pixán no es solo una celebración; es un tiempo de reflexión sobre la vida y la muerte. Con cada flor en los altares, los yucatecos rinden homenaje a sus seres queridos, manteniendo viva una de las tradiciones más entrañables de la región.