Previo a una de las celebraciones más significativas del año para el pueblo yucateco, el educador indígena Milner Rolando Pacal comparte su visión sobre el Hanal Pixán o Comida de las Ánimas. Este ritual maya, arraigado en el respeto y la memoria de los difuntos, se practica con variantes en todo Yucatán.

En entrevista con 24 HORAS Yucatán , Pacal destaca que en algunos municipios los festejos están marcados por la preservación de costumbres tradicionales, en contraste con Mérida, donde Halloween ha ganado terreno, diluyendo el sentido original de la celebración.

Para el profesor, quien también es promotor de la cultura maya, las diferencias entre el Hanal Pixán de las comunidades y el de la ciudad de Mérida son evidentes. Mientras en la capital yucateca se observan mezclas con elementos de Halloween, en los municipios los altares tradicionales permanecen como expresión auténtica de devoción ancestral.

“Es importante que las personas entiendan que Halloween y Hanal Pixán no son lo mismo. El primero es visto como un día de miedo y disfraces; en cambio, el Hanal Pixán es una celebración de alegría, donde se honra a los difuntos que vuelven a visitarnos y compartimos con ellos sus comidas preferidas”, explica.

CON DEDICATORIA 

El Hanal Pixán, a diferencia de las festividades de un solo día, se celebra durante tres días, cada uno dedicado a un grupo específico de difuntos, lo que también explica por qué el pib -platillo tradicional cocido bajo tierra- es consumido más allá del 31 de octubre. Este ritual sigue siendo un símbolo de continuidad en varias comunidades de Yucatán.

El 31 de octubre, por ejemplo, se lleva a cabo el U Hanal Palal (comida de los niños), un día dedicado a los niños fallecidos, cuyos altares se adornan con dulces y alimentos de su agrado.

Luego, el 1 de noviembre se celebra el U Hanal Nucuch Uinicoob (comida de los adultos), día en que las familias honran a los adultos con altares que incluyen platillos tradicionales y pib. Se cree que los espíritus adultos regresan para disfrutar de sus comidas favoritas y reconectar con sus seres queridos.

Finalmente, el 8 de noviembre se celebra el U Hanal Pixanoob (comida de las almas), fiesta dedicada a todas las almas que no recibieron ofrendas. Esta última celebración es una muestra de respeto hacia las ánimas que, sin importar la relación, merecen ser recordadas y alimentadas, según la creencia.

Para Pacal, es esencial preservar la autenticidad del Hanal Pixán. El profesor subraya que, en los municipios, los ancianos y abuelos siguen enseñando a las nuevas generaciones el verdadero significado del ritual, donde los difuntos no son temidos sino recibidos con cariño.

Sin embargo, reconoce que, en Mérida, la globalización ha introducido elementos ajenos que alteran la percepción de la celebración, llevándola a un terreno más comercial y turístico.

“Los abuelos nos dicen cómo se hacía antes, cuando el respeto y la preparación cuidadosa del hogar eran primordiales. Hoy, se mezcla Halloween con Hanal Pixán, y algunos niños pueden pensar que son lo mismo”, comenta.

El pasado viernes, el profesor Milner presentó su libro Los consejos de mi abuelo y mi abuela en un evento dedicado a la cultura maya. Esta obra busca resaltar y revitalizar los conocimientos ancestrales que los mayores han transmitido oralmente.

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