FOTOS: AFP/ Viaje a Trujillo, cuna de la extorsión en Perú, donde el crimen organizado ataca a empresas, transportistas y pequeños negocios."
FOTOS: AFP/ Viaje a Trujillo, cuna de la extorsión en Perú, donde el crimen organizado ataca a empresas, transportistas y pequeños negocios."

Trujillo, la tercera ciudad más grande de Perú, se ha convertido en el epicentro de la extorsión en el país. En sus calles, la violencia y el miedo dominan, impulsados por bandas criminales como Los Pulpos y La Jauría, que se han apoderado de la ciudad.

Estas organizaciones han logrado imponer su ley, sembrando terror a través de amenazas, tiroteos y explosivos.

La historia de la extorsión en Trujillo comenzó en 2006, cuando las bandas empezaron a cobrar “cupos” a transportistas. Desde entonces, la práctica se ha expandido, afectando tanto a grandes empresas como a pequeños negocios. En el contexto actual, la extorsión se ha convertido en la principal fuente de ingresos para estas bandas, según el exministro de seguridad Ricardo Valdés.

La estrategia de las bandas: amenazas y violencia

Las bandas criminales en Trujillo utilizan un modus operandi que comienza con un mensaje de texto intimidante. “Si no quieres que corra sangre, vamos a ser prácticos y vas a colaborar con 20.000 soles”, dicta un mensaje típico. Si la víctima no paga, las consecuencias son graves: ataques a tiros o explosivos a sus propiedades.

Este método ha afectado a diversos sectores, desde comerciantes y mototaxistas hasta colegios. El miedo es tan fuerte que muchas víctimas prefieren pagar para evitar represalias, lo que ha llevado a una “pandemia criminal”, como la define el coronel Víctor Revoredo, encargado de la estrategia policial contra la extorsión en la ciudad.

Las víctimas de la extorsión: pequeñas empresas en crisis

La extorsión no solo afecta a los grandes empresarios; las pequeñas y medianas empresas también sufren las consecuencias. El profesor Diomedes Sánchez, propietario de un colegio en Trujillo, recibió un mensaje extorsivo en abril. Ante su negativa a pagar, la fachada de su escuela fue dinamitada, obligándolo a suspender clases durante una semana.

Las pérdidas económicas por la extorsión en el país alcanzan los 1.600 millones de dólares anuales. Estas pérdidas incluyen pagos a chantajistas, costos de seguridad y cierres forzados de negocios, según Julio Surco, presidente de la Asociación de Gremios de la Pequeña Empresa del Perú.

Viaje a Trujillo, cuna de la extorsión en Perú, donde el crimen organizado ataca a empresas, transportistas y pequeños negocios.

La extorsión llega a Lima

La capital peruana no ha quedado exenta de la ola de extorsión. Lima, con sus más de diez millones de habitantes, ha sido testigo de una intensificación de las amenazas y ataques contra empresarios y transportistas. La situación ha llevado a paralizaciones en el servicio público de transporte en varias ocasiones, mientras que el gobierno de Dina Boluarte ha desplegado militares para reforzar la lucha contra el crimen organizado.

En lo que va del 2023, se han registrado más de 14.000 denuncias de extorsión en Perú, un aumento alarmante del 509% en comparación con 2021. Las autoridades enfrentan un reto monumental para recuperar el control y garantizar la seguridad en un país donde la extorsión se ha arraigado profundamente.

A pesar de los esfuerzos policiales y del gobierno, la lucha contra la extorsión en Trujillo y el resto del país está lejos de ser ganada. Las bandas criminales continúan expandiendo su influencia, mientras que las víctimas buscan sobrevivir en un entorno cada vez más hostil. Sin embargo, la esperanza persiste, y con una estrategia integral que involucre a la policía, el gobierno y la sociedad civil, Perú podrá hacer frente a esta amenaza creciente.

El camino es largo, pero la voluntad de vencer el crimen permanece firme.

AFP

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