Las panaderías de la capital yucateca reportan un incremento en ventas ante la cercanía del Hanal Pixán, el pan de muerto es lo más vendido.
Julián Méndez vendedor de una tienda del centro, señaló que no solo es el pan de muerto, sino que en general ha subido la venta de pan.
“Son dos factores, por un lado viene el Hanal Pixán y el pan de muerto es tradicional de la fecha así que se vende bastante, pero también influye que ha bajando las temperaturas y los yucatecos aprovechamos eso para comer pan con café”.
Dijo que esta es una muy buena temporada, ya que la gente compra pan de muerto para el altar, la casa o la oficina.
“Ahorita para todo se usa el pan de muerto, y de aquí en adelante en general las ventas aumentan por el frío y entrando enero las roscas, entonces es una buena época”
La tradición del pan de muerto tiene sus raíces en las prácticas prehispánicas, específicamente en las culturas azteca, maya y mixteca. Los antiguos mexicanos ofrecían diferentes tipos de alimentos a sus dioses en rituales religiosos, y en algunos casos se realizaban sacrificios humanos. Para representar estos sacrificios, se creaba un pan hecho con amaranto, que simbolizaba el corazón de la persona sacrificada.
Con la llegada de los españoles y la evangelización, los ritos prehispánicos fueron adaptados a las costumbres cristianas. El pan de muerto surgió como una evolución de estos rituales, sustituyendo los sacrificios humanos por un pan elaborado con harina de trigo y decorado con formas que representan huesos y lágrimas.
Así, la combinación de las creencias indígenas con las costumbres católicas dio origen a la tradición del pan de muerto que hoy en día se asocia con la celebración del Día de Muertos en México.
La tradición del pan de muerto tiene sus raíces en las prácticas prehispánicas, específicamente en las culturas azteca, maya y mixteca. Los antiguos mexicanos ofrecían diferentes tipos de alimentos a sus dioses en rituales religiosos, y en algunos casos se realizaban sacrificios humanos. Para representar estos sacrificios, se creaba un pan hecho con amaranto, que simbolizaba el corazón de la persona sacrificada.
Con la llegada de los españoles y la evangelización, los ritos prehispánicos fueron adaptados a las costumbres cristianas. El pan de muerto surgió como una evolución de estos rituales, sustituyendo los sacrificios humanos por un pan elaborado con harina de trigo y decorado con formas que representan huesos y lágrimas.
Así, la combinación de las creencias indígenas con las costumbres católicas dio origen a la tradición del pan de muerto que hoy en día se asocia con la celebración del Día de Muertos en México.