En Cuba, la migración ha dejado cientos de hogares vacíos. Alfredo García, de 58 años, es uno de los cubanos que, cada semana, cuida la casa de su vecina que emigró a España. Este fenómeno refleja el impacto del éxodo migratorio y la crisis inmobiliaria en la isla.
Vecinos solidarios en tiempos difíciles
La migración masiva ha dejado un mercado inmobiliario débil y casas deshabitadas. Como Alfredo, muchos cubanos han asumido el papel de guardianes de las viviendas de familiares y amigos que han emigrado, cuidando sus propiedades para evitar robos y daños.
García, quien vive en un barrio acomodado de La Habana, comenta con nostalgia: “Soy el único que queda en mi cuadra, todos mis amigos se fueron”.
La crisis económica impulsa la migración
Cuba enfrenta una crisis económica sin precedentes, con escasez de alimentos, medicamentos y combustibles, lo que ha provocado una migración masiva desde 2022. Según cifras oficiales, la población ha disminuido drásticamente en los últimos años.
Más de 700,000 cubanos emigraron a Estados Unidos entre enero de 2022 y agosto de 2024, lo que ha contribuido a la caída del mercado inmobiliario, que había crecido tras las reformas de Raúl Castro en 2011.
Casas a la venta por debajo del valor
El mercado inmobiliario en Cuba está en crisis. Propietarios como Raidel González han tenido que bajar considerablemente el precio de sus viviendas para poder emigrar. “Las personas están casi regalando las casas”, comenta una vendedora anónima que no logra vender su propiedad en La Habana.
Con el objetivo de facilitar la vida a los cubanos emigrados, una nueva ley entrará en vigor en octubre de 2024, garantizando la propiedad de las viviendas a quienes han dejado el país, sin importar cuánto tiempo permanezcan fuera.
AFP