En los últimos meses, Yucatán ha sido testigo de un incremento en los casos de fraude, con nuevas modalidades que están afectando a cada vez más personas. De acuerdo con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), el fraude bancario sigue siendo el más común, acumulando alrededor de seis mil denuncias en el primer semestre de 2024.
Sin embargo, las estafas a través de internet y teléfono celular también se están volviendo más frecuentes y sofisticadas.
Uno de los casos recientes es el de Raquel Gamboa, quien fue víctima de una estafa telefónica. Un supuesto familiar le solicitó una transferencia de cinco mil pesos bajo el pretexto de que sería una “sorpresa” para el resto de la familia, haciéndole creer que su tío de Oaxaca planeaba visitarlos.
“Pensé que era verdad, me pidió discreción y confié”, relató Raquel. Solo después de realizar la transferencia se dio cuenta de que había sido engañada. Este tipo de estafa, conocida como fraude emocional, es solo una de las tantas formas en que los delincuentes están operando en Yucatán.
Otro tipo de fraude que ha tomado relevancia en Yucatán es el que ocurre durante la compra-venta de vehículos. Según la Fiscalía General del Estado (FGE), los delincuentes emplean cheques bancarios sin fondos para engañar a los vendedores.
El proceso es sencillo: los estafadores muestran interés en el vehículo, pactan un precio y entregan un cheque. Al ser depositado, el vendedor ve reflejado el monto en su cuenta y procede a endosar la factura original al comprador.
Dado que estas transacciones suelen realizarse los fines de semana, los bancos no detectan la falta de fondos hasta 24 o 48 horas después. Para cuando el vendedor se entera de que el cheque no tiene fondos, ya ha perdido tanto el dinero como el vehículo.
La Dirección de Investigación y Atención Temprana (DIAT) de la FGE ha emitido alertas a la ciudadanía, recomendando realizar este tipo de transacciones solo en días hábiles y preferentemente en instituciones financieras que puedan validar de inmediato la legitimidad de los cheques o transferencias.
Los estafadores suelen enviar correos electrónicos, mensajes de texto o interactuar a través de redes sociales, logrando que las víctimas caigan en sus trampas:
“Cada vez es más común escuchar a alguien cercano que haya sido víctima de algún fraude, ya sea por internet o teléfono”, comentó Luis Rodríguez, un ciudadano de Mérida que también ha sido blanco de intentos de estafa.