Una flor que en algún momento fue considerada “maleza” por la comunidad local, ahora es el símbolo oficial de la COP16, la conferencia más importante de Naciones Unidas sobre biodiversidad que se llevará a cabo en octubre de 2024 en Cali.
Esta planta, conocida como la flor de Inírida, representa un triunfo de la resiliencia y la preservación de los ecosistemas amazónicos.
De maleza a emblema internacional
Rubén Darío Carianil, profesor indígena del pueblo Curripako, recuerda cómo su comunidad lo ridiculizó cuando comenzó a sembrar la flor de Inírida.
Sin embargo, la flor ha ganado notoriedad y reconocimiento global, gracias a los esfuerzos de Carianil y su familia, quienes han transformado el cultivo en un emblema de sostenibilidad y biodiversidad.
La flor de Inírida en la COP16
La elección de esta flor como símbolo de la COP16 no es casualidad. Su resistencia a inundaciones y sequías, así como su capacidad para crecer en suelos infértiles, la hacen una especie única.
Esta flor amazónica es un claro ejemplo de la resiliencia de los ecosistemas locales, y su selección resalta la importancia de la preservación de la biodiversidad en eventos internacionales.
Liwi: Un negocio sostenible y familiar
El proyecto de Carianil, junto a su esposa Martha Toledo, llamado ‘Liwi: flores eternas’, ha logrado llevar la flor de Inírida más allá de las fronteras colombianas.
Ahora exportan estas flores a países como Estados Unidos, Europa y Asia. El cultivo sigue métodos tradicionales indígenas, sin uso de pesticidas ni fertilizantes, y su enfoque es una mezcla de conocimientos ancestrales y científicos.
“Estamos llevando un pedazo de la selva amazónica al mundo”, dice Martha Toledo, destacando que su proyecto busca fomentar un desarrollo ambientalmente responsable en la región.
La importancia de la flor en el ecosistema
La flor de Inírida, que crece en las áreas de la Amazonía colombiana y venezolana, es conocida por su capacidad de mantenerse intacta incluso después de ser cortada.
Esto ha sido crucial para su éxito comercial y su popularidad internacional.
Además, los organizadores de la COP16 han resaltado que su capacidad para adaptarse a entornos difíciles la convierte en un símbolo perfecto para los desafíos globales de conservación.
Un emblema para la conservación
La historia de la flor de Inírida es un recordatorio de que lo que en algún momento se consideró insignificante puede convertirse en un poderoso emblema de cambio.
A medida que el mundo se prepara para la COP16, la flor de Inírida se posiciona como un símbolo de la necesidad urgente de proteger los ecosistemas más vulnerables del planeta.