FOTOS: Abraham Bote

Un grupo de mujeres, en su mayoría jubiladas y pensionadas, ha encontrado una comunidad a través del baile en sus colonias. Muchas de ellas, al entrar en esta etapa de sus vidas, han dedicado varios años al trabajo y a mantenerse activas, por lo que necesitan seguir moviéndose. El ejercicio, especialmente la zumba y el baile, se ha convertido en una forma de mantenerse activas.  

Estas mujeres, quienes relatan sus experiencias a 24 HORAS Yucatán, no se detienen; la mayoría comparte el objetivo de hacer ejercicio. Muchas de ellas, al haber trabajado durante largas horas en actividades de oficina, nunca tuvieron la oportunidad de activarse físicamente, lo que les ha dejado secuelas. Para reparar los efectos que el trabajo ha tenido en sus cuerpos y en sus espíritus, han encontrado en el baile un refugio.  

Todas coinciden en que esta actividad les ha ayudado a mejorar su aspecto físico, así como su bienestar mental y emocional. 

Además, han establecido vínculos con personas que antes eran desconocidas pero que viven en la misma colonia, enriqueciendo así su vida social; para algunas, este grupo no es solo de amigas, sino su familia. 

Griselda Tun Can, de más de 60 años, se jubiló hace más de un año. Sin embargo, lejos de quedarse en casa recostada en su hamaca, decidió buscar una actividad, ya que su cuerpo está acostumbrado a no estar quieto, pese a no haber practicado un deporte antes. Aprendió a andar en bicicleta y una de sus andanzas, junto a su esposo, la llevó a la academia Carmín Extreme, ubicada en el fraccionamiento Los Héroes, en Mérida.  

“Dando unas vueltas por los alrededores, escuchamos música, nos acercamos a ver de qué se trataba y nos encontramos con un grupo de personas bailando. Me acerqué, pregunté qué clase de baile era y me quedé a una clase de muestra. Desde entonces, me encantó la idea de formar una comunidad con otras mujeres, algunas también pensionadas y otras que siguen trabajando”, relató.  

La mujer pensionada confiesa que ha sido muy satisfactorio porque, al terminar su ciclo laboral, “uno se siente como si perdiera todo de repente y empieza una nueva etapa en la vida”. 

Por eso, añade, al encontrar esta actividad, no solo halló apoyo moral; formó un grupo donde “reímos, lloramos, convivimos y nos expresamos a través del baile. Me siento activa, en movimiento, y al llegar a casa después de bailar, sigo con energía, pero con la satisfacción de continuar igual de activa. Esto demuestra que, al llegar a la jubilación, no es sinónimo de inactividad, sino todo lo contrario”, explicó. 

¿Por qué creen que las personas jubiladas buscan mantenerse ocupadas?  

“Estábamos acostumbrados a llevar un ritmo de vida constante, con horarios y rutinas diarias. En mi caso, después de 40 años de trabajar, de repente tienes tiempo para ti, para quererte, consentirte y dedicarte tiempo. Durante mi etapa laboral, todo el tiempo era para los demás: la familia, el trabajo y apenas un poco para uno mismo. Ahora me di cuenta de que merezco ese tiempo para mí”, comentó Griselda. 

Beneficio físico y emocional 

El impacto físico y emocional del baile ha sido significativo para todas ellas. Heydi Olivia Retoño Chan, jubilada del IMSS, encontró en la zumba una solución a los dolores articulares que había desarrollado durante sus años de trabajo.  

“Empecé a tener dolor en las manos y pies, pero desde que retomé el ejercicio me siento más fuerte y los dolores han disminuido. Mi salud ha mejorado enormemente,” señaló.  

La zumba no solo les permite mejorar su salud física, sino también liberar el estrés acumulado tras años de trabajo.  

Cecilia Aguirre Rojas, quien combina el baile con su trabajo en un restaurante, indicó que la zumba le ayuda a mantenerse activa y a convivir con otras mujeres. “Me encanta bailar y convivir con las demás. Nos motivamos entre nosotras y he logrado bajar de peso. El día que no vengo, me siento inquieta, como si algo me faltara”, comentó.  

La nostalgia le invade a Francis Barrera, maestra jubilada, hasta dejar caer unas lágrimas, pues este grupo de mujeres se ha convertido en su familia. “Mi familia de sangre está en Monterrey, pero con este grupo he formado una nueva familia… Nos apoyamos mutuamente y hemos creado un lazo muy fuerte”, expresó.  

Este espacio está lleno de mujeres diversas. Luz Aguirre Rojas, quien tiene una discapacidad, no deja que nada la detenga; mientras baile reguetón, es feliz. “Me encanta bailar reguetón, perrear; moverme, como pueda, y disfrutar la vida”, indicó Luz Imelda Aguirre Rojas.  

Por su parte, la maestra Carmín destacó la diversidad y la unión de su grupo en la academia de baile. “Es un grupo muy diverso, con edades que van desde los 22 hasta los 60 años o más. Siempre les digo que la edad son solo números y que los limitantes están en la mente. Tú decides hasta dónde quieres llegar y cuánto quieres avanzar”, resaltó. 

La maestra afirma: “Es un grupo excepcional. Aquí hay mucha unión; siempre nos ayudamos unas a otras. No hay lugar para caras feas o falta de apoyo. Si alguien se cansa, otra va y la anima. Si alguien logra algo, todos aplaudimos. Es una verdadera comunidad”. 

La academia ofrece una variedad de disciplinas además del zumba, incluyendo step, baquetas, feedback y cardio box. Los géneros musicales en las clases de zumba van desde salsa y cumbia hasta merengue y reguetón.  Para más información, pueden contactar al número 56 10 09 02 79. La dirección es calle 138A números 732 esquina con 135, Fraccionamientos Los Héroes.

Abraham Bote | fvc

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