Hay que apostar a un cambio de modelo de consumo más equitativo de las energías renovables y regresar a la autosuficiencia alimentaria, expresó Luca Ferrari, miembro del Geological Society of America Bulletin, durante el Congreso Internacional sobre el Desarrollo Sustentable y Transición Energética que se realiza en el edificio central de la UADY.
El también experto del Instituto de Geociencias de la Universidad Autónoma de México (UNAM) indicó que los retos para una transición energética con un enfoque ecosocial, es compleja en la Península de Yucatán, debido a la carga histórica que se tiene, en el entendido de que hasta la mitad del siglo pasado -1953-, la región estaba relativamente aislada del resto del país, únicamente se contaba con una conexión por tierra, no obstante, se contaba con un vasto territorio ocupado por selva.
“Por lo que esas dinámicas demoraron la llegada de tecnología para tener acceso completo a energía eléctrica, en este caso creadas desde combustibles fósiles”, dijo.
El especialista señaló que estas dinámicas arrastraron problemas de insuficiencia energética hasta nuestros días, ya que ejemplificó que, en 2022, Yucatán consumía únicamente el 6% de la energía que se produce en el país, pero se pagan las tarifas más caras de luz.
“En 2022 se generaron nueve mil 558 Giga Watts hora -GWh-, pero se consumieron 14 mil 470 GWh lo que significa un déficit anual de cuatro mil 912 GWh”, indicó.
Luca Ferrari advirtió que la región a la que pertenece Yucatán, es la que tendrá mayor crecimiento en los próximos años. Detalló que se espera que para 2037 haya un crecimiento de la demanda energética del 60%.
Indicó que el tema es complejo ya que con los grandes proyectos que se desarrollaron en la región, tales como el Tren Maya, las intervenciones en los aeropuertos tanto de la capital del estado como en Tulum, movilizarán cada vez más turismo, el cual tendrá como exigencia mayor energía eléctrica.
“La cual, al menos en el país, se sigue apostando a los combustibles fósiles, que en algún momento desaparecerán, como ocurrió en distintas parte de Europa, donde al principio compraban este recurso a otras naciones, pero que en años más recientes han cambiado de dirección hacia las llamadas energías limpias”, explicó.
De hecho, mencionó el experto, con relación al cambio de paradigma de varios países de apostarle a las energías de viento o solar, cuestionó su efectividad para resolver los problemas energéticos de la región.
Argumentó, que si bien es cierto que estas nuevas tecnologías son a partir de recursos renovables, su base para que operen provienen de la minería, es decir, de materiales que deben de explotarse y que dejan un impacto al entorno, además de que en materia medioambiental consumen una gran cantidad de territorio, que muchas veces puede ir en detrimento de las comunidades originarios, así como la libre determinación de estos en sus territorios.
Ante este panorama, Luca Ferrari propuso una serie de soluciones que parecieran ser complejas, ya que externó que los sistemas de autosuficiencia alimentaria de los pueblos originarios, podría abonar a impactar en el consumo excesivo de energías, así como desechar la llamada obsolescencia, por modelos que permitan tener elementos que se puedan reparar, para duren más, se sigan utilizando y al final de su vida útil se puedan reciclar sus componentes, ya que desde su apreciación, no se está reciclando lo que se debería.
“La carga histórica que tiene el estado, pues hasta la mitad del siglo pasado -1953-, la región estaba relativamente aislada del resto del país, únicamente se contaba con una conexión por tierra, no obstante, se contaba con un vasto territorio ocupado por selva”.