En Yucatán, los jóvenes y adultos que padecen cáncer enfrentan un problema devastador: la escasez de organizaciones dedicadas a brindarles el apoyo necesario. Este vacío en la red de asistencia se hace evidente en historias como la de Daniela, una joven de 21 años que lucha contra un linfoma de Hodgkin y que ahora necesita un trasplante de médula ósea para sobrevivir.
Dani, como la llaman sus seres queridos, recibió el diagnóstico hace casi un año y, desde entonces, ha estado sometida a un arduo tratamiento en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Aunque se trata de un tipo de cáncer que en muchos casos responde bien a la quimioterapia, en su caso, el tratamiento no ha sido suficiente. Su madre, Rocío Gancedo, explica que la única opción para evitar que la enfermedad regrese con más fuerza es el trasplante de médula ósea. Sin embargo, este procedimiento no puede realizarse en Yucatán, y la espera en un hospital público podría ser demasiado larga.
El costo del trasplante asciende a 2 millones de pesos, una cifra inalcanzable para muchas familias. Ante esta situación, la comunidad se ha unido en una serie de actividades para recaudar fondos y apoyar a Dani en su lucha.
Karla Barrera, directora del Joven Ballet en Yucatán, ha organizado una función de danza el próximo 21 de agosto en el Teatro Daniel Ayala. Con un precio de 200 pesos por boleto, se espera que la función recaude alrededor de 100 mil pesos, gracias a la participación de bailarinas, músicos en vivo y DJs.
Pero la solidaridad no se detiene ahí. Mau Revilla, propietario de Cassandra Comfort Food, ha anunciado un desayuno con causa el 23 de agosto, en el que un 25% del costo de cada platillo se destinará al tratamiento de Dani.
“Si la vida me dio la oportunidad de tener mi propio negocio y abrir puertas, es para poder devolverlo y apoyar causas como la de Dani”, expresó Mau, quien invita a los interesados a reservar a través de redes sociales para participar en esta noble causa.
A pesar de estos esfuerzos, la familia de Dani enfrenta un panorama incierto. Rocío Gancedo lamenta la falta de apoyo institucional para jóvenes como su hija: “Desgraciadamente, hemos estado en una averiguación continua, y no hay en México una organización o una asociación civil que apoye a pacientes con cáncer de linfoma. La parte de la juventud está muy desamparada”.
Mientras las iniciativas comunitarias buscan llenar este vacío, la historia de Dani pone en evidencia la necesidad urgente de fortalecer las redes de apoyo para pacientes jóvenes con cáncer en México. Para quienes deseen unirse a la causa, pueden encontrar más información a través de la página de Facebook “Hoy por Dani”.
Se necesita recaudar para el trasplante de médula.