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Kamala Harris aseguró su candidatura para la presidencia en las elecciones de noviembre como representante del Partido Demócrata.

Tras el anuncio del presidente Joe Biden de no buscar la reelección, Harris fue la única candidata que se presentó ante los casi 4.000 delegados del partido, obteniendo la mayoría necesaria para asegurar la nominación.

En su discurso de aceptación, Harris, de 59 años, expresó su gratitud por el apoyo recibido y se comprometió a liderar una campaña que aborde los desafíos actuales del país. A pesar de la incertidumbre que rodea la elección, Harris afirmó su determinación para enfrentar a su rival republicano, Donald Trump, en lo que se espera sea una contienda electoral muy disputada.

El proceso de nominación se llevó a cabo de manera virtual, una decisión tomada debido a la proximidad de la fecha límite para la oficialización de las candidaturas. Con menos de 100 días para la elección, Harris deberá recorrer varios estados clave en un esfuerzo por consolidar su apoyo y atraer a los votantes indecisos.

La campaña de Harris ha demostrado ser financieramente sólida, recaudando más de 310 millones de dólares en julio, una cifra que supera ampliamente la de su oponente. Esta fuerte base financiera le ofrece una ventaja estratégica en la producción de contenido y publicidad que podría ser decisiva en la recta final de la campaña.

A pesar del impulso reciente, los analistas políticos advierten que la carrera aún está lejos de estar definida, ya que Trump sigue siendo un contendiente formidable con un apoyo significativo entre el electorado. La elección promete ser una de las más costosas y competitivas en la historia de Estados Unidos, con ambos partidos invirtiendo grandes sumas en su esfuerzo por ganar la Casa Blanca.

AFP

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