La hamaca yucateca es un elemento indispensable en cada hogar de este Estado y se mantiene en el gusto de propios y extraños; su versatilidad y frescura lo vuelven un referente para un fresco y cómodo descanso.
En el marco del caluroso verano yucateco, se celebró ayer el Día Nacional de la Hamaca, una efeméride que rinde homenaje a este símbolo icónico de la cultura yucateca.Más que un simple mueble, la hamaca representa para los yucatecos una tradición arraigada, un hábito cotidiano y prácticamente una filosofía de vida. Es sinónimo de descanso, relajación y conexión con el entorno, un refugio donde se puede conciliar el sueño, platicar con amigos, leer un libro o simplemente contemplar el paisaje.
Las hamacas, con el paso del tiempo, se fueron perfeccionando y ganaron popularidad en todo el mundo. Se convirtieron en un elemento decorativo en hogares, jardines o espacios públicos. Muchas veces se asocia la hamaca con momentos de ocio, placer y desconexión.En la esquina de la calle 58 con 73 se encuentra un antiguo negocio donde, hace más de 40 años, se venden hamacas de todo tipo.
Ahí ha trabajado 42 años Marco Antonio Salazar como dependiente de la tienda. Para él, el uso de este elemento muy yucateco sigue y seguirá vigente, ya que, por experiencia propia, ha visto que las personas de Yucatán continúan comprándolas, pero también aquellas personas que hacen de la entidad su hogar.
“El origen de la hamaca no está muy claro, muchos dicen que viene de Haití, otros tantos de los mayas, pero lo que es una realidad es que aquí es donde más se usa”, indicó.
Explicó que, por la temporada vacacional y el arribo de turistas, las ventas de las hamacas repuntan. Por lo general, es el visitante nacional quien se anima a comprar esta icónica pieza de la cultura yucateca, mientras que el extranjero sí compra, pero es menos común.
Hay para todos los gustos y precios. Los materiales van desde el algodón hasta el nylon, ambos con sus ventajas y desventajas, dependiendo del gusto del cliente. Las fibras naturales son más frescas, pero las artificiales son más resistentes y fáciles de lavar.
Los precios varían: una hamaca mediana puede llegar a costar 800 pesos, pero también las hay de mil, mil 200 o las más grandes tienen un valor de mil 600 ya que son consideradas king size. La más costosa cuesta 3 mil 500 pesos, pero se trata de un trabajo fino.
El gusto por las hamacas no es exclusivo de las personas yucatecas o de quienes viven en la entidad, los extranjeros también han abrazado este elemento. Ariella, una visitante originaria de Washington D.C., ya prefiere su hamaca sobre la cama, incluso acudió a Hamacas el Aguacate para comprar una nueva. Dijo al equipo de 24 Horas Yucatán que ella tiene la suya en Estados Unidos, y aprovechó este tiempo para comprarse una nueva.
“Me fascina dormir en hamaca, yo ya viví en Mérida un año, hace 30 años, entonces todo ese tiempo dormí en hamaca, por lo que me tuve que llevar la mía a Estados Unidos. Estoy muy alegre de comprarle al señor Marco porque es muy amable y vende cosas muy bonitas”, indicó.
En este caluroso día de verano, te invitamos a celebrar el Día de la Hamaca colgando una en tu hogar, jardín o terraza. Tómate un tiempo para descansar, relajarte y conectar con el ritmo pausado de la vida yucateca. Recuerda que la hamaca es más que un mueble, es una filosofía de vida. ¡Feliz Día de la Hamaca!