En Yucatán, la obesidad se ha convertido en un problema de salud pública que afecta desproporcionadamente a las mujeres, ya que, según el último boletín epidemiológico de la Secretaría de Salud Federal en 2024, se detectaron dos mil 452 casos de obesidad en hombres y cuatro mil 554 en mujeres.

Estas condiciones están cada vez más asociadas con un aumento en la mortalidad y con enfermedades como la diabetes y la hipertensión arterial, aseguró la Secretaría de Salud del Estado.


La dependencia advierte que el sobrepeso se ha vuelto común en la población, afectando a ocho de cada diez personas y siendo la principal causa de diabetes en la región.


Las mujeres tienden a acumular más grasa corporal, especialmente en áreas como las caderas y los muslos, debido a la influencia del estrógeno, según un reporte del Colegio de Nutriólogos de México.

La Organización Mundial de la Salud ha elevado la predicción de enfermos graves para este país y riesgo mortal para el virus COVID-19 en un 5% a un 7% por una sola razón: el sobrepeso y la obesidad


Este patrón de almacenamiento de grasa tiene raíces evolutivas, relacionadas con la capacidad reproductiva y el embarazo

¿Por qué engordan más las mujeres?


La diferencia en el peso corporal entre mujeres y hombres yucatecos se debe a una combinación de factores fisiológicos, socioculturales y psicológicos, según la nutrióloga Romina Castro López.

“Es importante abordar estos factores de maneraintegral para promover un peso saludable yprevenir la obesidad en las mujeres yucatecas”,expresó.

Las mujeres en general tienen una mayor
proporción de grasa corporal que los hombres, incluso con un peso similar.

Esto se debe a diferencias hormonales, como los estrógenos, que promueven el almacenamiento de grasa. El metabolismo basal de las mujeres suele ser más bajo que el de los hombres, lo que significa que queman menos calorías en reposo.

Esto puede dificultar la pérdida de peso o el mantenimiento de un peso saludable.
En la cultura yucateca -explica Castro López-, las mujeres suelen ser las responsables de la cocina y el cuidado del hogar, lo que puede limitar su tiempo para la actividad física y una alimentación saludable.

Las mujeres utilizan la comida como una forma de manejar el estrés, lo que puede derivar en patrones de alimentación poco saludables.

El estrés crónico aumenta los niveles de cortisol, una hormona que favorece el almacenamiento de grasa, especialmente en el abdomen.

Según el boletín epidemiológico de la Secretaría de Salud Federal, 1,476 mujeres yucatecas padecen depresión, en comparación con 519 hombres.


La depresión puede llevar a cambios en los hábitos alimenticios y a una disminución de la actividad física, lo que contribuye al aumento de peso.


Además, el mismo boletín señala que 156 mujeres yucatecas sufren de violencia intrafamiliar, frente a 14 hombres. Esta violencia puede generar estrés crónico y depresión, exacerbando los problemas de peso.

Las limitaciones económicas, las
responsabilidades familiares y la falta de
transporte son obstáculos significativos que deben superar.


Las mujeres suelen tener más responsabilidades en el hogar, lo que limita el tiempo y la energía disponibles para la actividad física y la planificación de comidas saludables. Estas cargas adicionales pueden dificultar la adopción de hábitos de vida saludables, lo que contribuye al aumento de peso.


La educación y la conciencia pública sobre la nutrición y la actividad física son fundamentales para combatir la obesidad.

Sin embargo, en muchas áreas, la falta de
educación adecuada sobre estos temas es más prevalente entre las mujeres.

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