“Sueño con un México sin impunidad”, revela Kamila Téllez. El anhelo de Ricardo Aceves es un trabajo que le permita tener calidad de vida. Ambos forman parte de los cerca de 15 millones de jóvenes que votarán por primera vez en la elección presidencial el 2 de junio.
Los nuevos votantes comparten deseos en común: un país en el que puedan salir a la calle sin temor al crimen organizado, donde los delincuentes sean castigados y con una vida laboral menos agotadora.
En total son 14,9 millones los que tienen entre 18 y 24 años y votarán por primera vez en la elección presidencial, de un total de 99 millones electores registrados, según el Instituto nacional electoral (INE).
Nacieron después del 2000, año de gran cambio político en México, cuando el exhegemónico Partido Revolucionario Institucional (PRI) perdió el poder presidencial que ejerció durante siete décadas consecutivas, abriendo el camino al pluralismo actual.
– Desconfianza y aspiraciones de justicia –
“Sueño con un país donde no haya un índice de impunidad del 98%”, dice con su voz grave Karina Téllez, estudiante de Filosofía de la Universidad Iberoamericana, de 20 años.
“Donde no haya estadísticas de 10 a 11 mujeres muriendo al día por casos de feminicidio”, prosigue esta mujer delgada y con un grueso delineado en los ojos.
“Personalmente, no me siento lista para votar. Creo que es una responsabilidad muy grande (…) ojalá tuviera 16 o 17 años para no votar” porque “me causa mucha incertidumbre”, añade.
Dice que no confía en las dos candidatas presidenciales, la oficialista y favorita Claudia Sheinbaum y la centroderechista Xóchitl Gálvez.
Tampoco confía en Jorge Álvarez Máynez, del minoritario Movimiento Ciudadano (centro izquierda), quien pidió a los jóvenes que fueran a votar “para que nadie decidiera por ellos”.
– Horas laborales justas –
Ricardo Aceves es gerente de una tienda de tenis para niños y considera necesarias mejoras laborales.
Quiere que los patrones “no se excedan con el tiempo de trabajo y que sea más justo el pago por día”, comenta mientras acomoda una larga pila de cajas de calzado sobre el mostrador. Trabaja nueve horas diarias y descansa solo un día entre semana.
Quisiera también que sus impuestos sirvieran para el financiamiento de “una nación más desarrollada” con infraestructuras, añade este joven de 21 años que vive con su abuela y su madre, a quienes ayuda económicamente.
De acuerdo con el reporte “Taxing Wages 2024”, los trabajadores mexicanos destinan un 20% de su salario al pago de impuestos.
Ricardo Escobar, de 20 años, quiere que el oficialismo de izquierda se quede en el poder.
“Voy a votar por Claudia (Sheinbaum) porque con ella habrá educación, becas. Nos fue bien con el actual gobierno”, dice en un evento de la candidata de la oposición Xóchitl Gálvez realizado el viernes en Atlacomulco, cerca de la Ciudad de México.
“Me preocupa que nos pase como Argentina, su moneda devaluó mucho, me preocupa la economía. AMLO (como se le conoce al presidente Andrés Manuel López Obrador por sus siglas) en cambio invirtió bien”, agrega.
– Narcotráfico y medioambiente –
“Voy a votar por Xóchitl, pues sus propuestas valen la pena”, dice en cambio Fátima González, otra veinteañera que se gana la vida vendiendo alimentos para mascotas.
“Cada candidato quiere llegarles a los jóvenes, pero suena repetitivo”, asevera Alonso García, de 20 años también.
Ian Rivera vende joyas en un local del centro histórico de Ciudad de México y su sueño es “que México se un país libre de corrupción, que se acabe la droga, la inseguridad”.
“La droga, el narcotráfico, el medioambiente me preocupa mucho”, añade este joven de 20 años que espera irse a Estados Unidos, donde viven su madre y su hermana.
Bióloga y artista, Sofía Probert acumula más de 50.000 seguidores en su cuenta Instagram, donde habla sobre problemáticas ambientales. Ya votó en 2018 por el actual presidente de izquierda. “Tristemente”, dice hoy.
“En términos ambientales han financiado un ecocidio”, explica Sofía, quien está entre los detractores del Tren Maya, la mega obra del presidente en la Península de Yucatán.
De una mujer presidenta “esperaría que pudiera ser más sensibles a ciertos temas entre ellos el tema ambiental”, dice, mencionando también la lucha contra los feminicidios y la protección de la comunidad LGBT. Actualmente trabajando fuera de México, se considera apartidista y no votará este año.
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