Fotografía: Redes sociales

Sonita Alizada (o Alizadeh) es una rapera afgana que denuncia desde el exilio las bodas de menores, el trabajo infantil y la situación de la mujer en su país natal, y por todo ello recibirá un premio en junio en Francia.

El rap fue la herramienta natural de expresión para esta joven que tuvo que emprende el camino del exilio, primero a Irán, luego sola hasta Estados Unidos.

En 2014 logró un éxito viral desde Irán con su canción “Brides for sale” (“Novias en venta”).

“Como todas las chicas, estoy enjaulada, soy solo una oveja que crían para devorar”, canta en esa canción, ataviada con un vestido de novia, un código de barras y moretones en la cara.

“¡Relee el Corán! No dice que las mujeres estén en venta”, proclama.

Colgado en internet, el video es visto más de 8.000 veces el primer día.

En el mundo unos 12 millones de chicas menores de edad son casadas por la fuerza cada año, según Unicef.

Ella misma estuvo a punto de ser vendida a un hombre cuando tenía unos 10 años, y luego a los 14, años por 9.000 dólares.

Descubierta por la documentalista iraní Rojsareh Ghaem Maghami, la cantante puede sobrevivir durante seis meses gracias a una donación de 2.000 dólares. Y cuando una ONG estadounidense le ofrece estudiar en Estados Unidos, no desaprovecha su oportunidad.

En Utah, los comienzos son difíciles para alguien que solo sabe decir en inglés “hola, soy una rapera”.

Decide contar su historia en las escuelas, hasta llegar al prestigioso Festival de Cine de Sundance, donde el documental dedicado a ella, “Sonita”, gana el premio del jurado en 2016.

El 4 de junio ha sido invitada para recibir el premio Libertad en Caen (noroeste de Francia).

Filmará un video de la canción “Stand up” con artistas locales.

El miedo y el hambre

Sus primeros años están marcados por el miedo a los talibanes y el hambre. Nacida en Herat en 1996, tiene alrededor de cinco años cuando huye con sus padres y sus siete hermanos y hermanas, sin documentos, hacia Irán.

“Creíamos que la vida sería más fácil allí, sin guerra, pero fue muy difícil ser aceptados debido a la imagen que damos los afganos”, recuerda Sonita Alizada, de 27 años, en una entrevista con la AFP.

Le prohíben ir a la escuela: “lustraba zapatos con mis hermanos y luego vendía flores”.

Su primera aliada es una mujer que enseña clandestinamente a las niñas a leer y escribir en una mezquita.

“Siempre enojada”

De regreso en Afganistán, su padre, enfermo, muere. Le organizan un matrimonio, pero la boda es cancelada al regresar a Irán.

Sonita conoce en ese país a una asociación que le permite tomar clases de guitarra en secreto… y la alienta a escribir después de ganar un premio de poesía.

Un día, la artista en ciernes escucha al rapero estadounidense Eminem y, aunque no entiende el idioma, piensa que es “probablemente la mejor manera de compartir una historia”.

La joven escribe “Brides for sale” aunque su madre, casada a los 12 años y analfabeta, le prohíbe rapear. Es un éxito y el comienzo de su proyecto de irse a vivir a Estados Unidos.

Convertida luego en su mayor admiradora, su madre aparece en su video “Run Boy”, que trata sobre los talibanes tratando de impedir la educación de las niñas.

“Siempre enojada”, continúa defendiendo la libertad en todas sus formas: la educación, la expresión, la elección de pareja… Se expresa a través de redes sociales, y gracias a su popularidad ha podido apadrinar dos proyectos en Afganistán de ayuda a niños y mujeres.

Graduada el año pasado en derechos humanos y música en Nueva York, Sonita Alizada ahora quiere estudiar política en Oxford.

“El arte y la política van de la mano. Toda mi música trata sobre política, de marcar diferencias, dar esperanzas, despertar conciencias”, subraya esta cantante que espera, algún día, poder participar activamente en el futuro de su país.

AFP

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