El cine francés celebró este viernes su gala anual de premios marcada por los reclamos de la actriz Judith Godrèche, que pidió el cese del “tráfico de chicas” en el séptimo arte, tras su traumática experiencia con directores en su adolescencia.
Y al mismo tiempo la 49ª gala de los César fue un rotundo homenaje al cine femenino, con la directora Justine Triet, la autora de “Anatomía de una caída”, como gran triunfadora con seis premios.
“¿Por qué aceptar que este arte que nos une sea utilizado como un tráfico ilícito de chicas?”, cuestionó Godrèche, ahora con 51 años.
Tras décadas de reflexión, Godrèche ha denunciado ante la justicia a dos directores mucho más mayores que ella, Benoît Jacquot (ahora de 77 años) y Jacques Doillon (79 años).
Con Jacquot mantuvo una relación sentimental que comenzó cuando ella tenía 15 años y empezaba en el cine, sin objeción supuestamente de los padres, y que se prolongó durante seis años.
Durante esa época también rodó bajo las órdenes de Doillon, al que acusa de un comportamiento abusivo.
Ambos niegan los hechos y Jacquot asegura que era él el que estaba bajo el “poder” de una actriz ambiciosa.
Esta nueva oleada de acusaciones la lidera Godrèche, acompañada en un segundo plano por Isild Le Besco (41) y Anna Mouglalis.
Una relación pública
Godrèche inició su relación con Jacquot después de rodar bajo sus órdenes “Les mendiants” en 1986. La joven se fue a vivir con él con apenas 15 años.
Esa relación fue vivida ante los ojos de la opinión pública y en particular del cine francés y de los platós televisivos, donde ambos se prodigaron.
La actriz fue recibida este viernes en la sala Olympia de París, donde se celebró la gala, con una ovación del público, la élite del cine francés, pero sus palabras sonaron a acusación colectiva.
“Desde hace un tiempo, hablo y hablo, pero no les escucho. O apenas. ¿Dónde están? ¿Qué dicen?”, preguntó Godrèche a la sala.
“Sé que da miedo: perder subvenciones, perder papeles, perder su trabajo. Yo también tengo miedo”, confesó.
“Estamos en los albores de un nuevo día. Podemos decidir que hombres acusados de violación dejen de ser los que toman las decisiones en el cine”, clamó.
El caso Le Besco
Isild Le Besco mantuvo también una corta relación cuando tenía 16 años con Benoît Jacquot, bajo las órdenes del cual rodó “Sade” en el 2000. Cuando tenía 17 años, supuestamente rechazó los avances de Jacques Doillon, a lo que él supuestamente replicó negándole un papel.
Doillon lo niega y asegura que ella no fue honesta y fue por ello que no obtuvo el papel.
Ahora Isild Le Besco “estudia” demandar a ambos directores, como ya hizo Judith Godrèche.
“Una ceguera colectiva”
Godrèche tiene previsto acudir ante el Senado francés para prestar testimonio.
El cine francés ha vivido “una ceguera colectiva” que “ha durado años”, declaró la ministra de Cultura, Rachida Dati, en una entrevista antes de la ceremonia.
Jacques Doillon tiene lista una nueva película, “CE2”, sobre el acoso en la escuela primaria, pero una de sus protagonistas, Nora Hamzawi, pidió públicamente que no se estrene.
Decenas de personas se manifestaron ante la sala Olympia antes de la gala, convocadas por sindicatos y asociaciones feministas.
Todas estas controversias opacan lo que muchos observadores coinciden en tildar de buen momento del cine francés.
“Quisiera dedicar este premio a todas las mujeres, a las que han sido heridas y que se liberan hablando, y a las que no lo consiguen”, declaró la triunfadora de la noche, Triet, de 45 años.
Además de ganar el César a la mejor película, Triet obtuvo el premio a la mejor directora, la segunda vez en la historia del cine francés que se concede a una mujer.
“Anatomía de una caída”, la historia de un juicio angustiante, se llevó la Palma de Oro en Cannes, y está también nominada a los Óscar nada menos que en cinco categorías.
El premio César al mejor actor fue otorgado a Arieh Worthalter por “El proceso Goldman”, mientra que el galardón a la mejor actriz fue a parar a la alemana Sandra Hüller por “Anatomía de una caída”.
AFP