En Navidad y en los días previos, algunos automovilistas hacen sonar sus claxons y se orillan en la lateral de Paseo de la Reforma, rumbo a Chapultepec, a un costado de la Diana Cazadora, para entregar pelotas, juguetes o comida a niños que brincan entre las rayas del paso peatonal, ajenos por momentos a la situación económica que enfrentan.

Pilar y sus hijos, otra Nochebuena lejos de casa

En ese semáforo se encuentran Pilar y sus tres hijos durante la noche del 24 de diciembre. Su esposo salió de Chiapas rumbo a Estados Unidos en 2021, pero desde entonces no ha vuelto a saber de él. La última noticia que tuvo fue en Reynosa, Tamaulipas.

Migrar a la ciudad en busca de una mejor vida

Originarios de Comitán, Chiapas, Pilar lleva cinco meses en la capital. Reconoce que la ciudad es complicada para la crianza, pero asegura que ofrece mejores oportunidades que el campo o la selva. Con María (2 años), Guadalupe (8) y Enrique (5), se distribuyen entre los cruces para pedir ayuda mientras la noche avanza.

Una Navidad que no llega a todos

Sin pavo, regalos ni cenas familiares, la Nochebuena se vive sobre el asfalto. Entre policías, trabajadores nocturnos, personas en situación de calle y calles silenciosas, la escena deja al descubierto una realidad que contrasta con la imagen tradicional de la Navidad.