Científicos del Laboratorio de Microbiología Ambiental de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala, UNAM, hallaron el ajolote del Altiplano (Ambystoma velasci) en Amealco de Bonfil, Querétaro. El descubrimiento ocurrió tras 15 años sin registros en la entidad, específicamente en una localidad cercana a San Ildefonso.
Diego de Jesús Chaparro Herrera lidera el grupo junto con Julio César Parra Escobar. El investigador celebra el logro por el largo periodo sin localizaciones previas. “Fuimos perseverantes y lo encontramos. Ello implica la futura conservación de una especie amenazada de desaparecer”, afirmó.
Población en lago artificial
El equipo concentró esfuerzos en Amealco y ubicó una población en un lago artificial o bordo. Este cuerpo de agua sirve para cultivos y actúa como refugio en propiedad privada sin acceso público. Así protegen el ajolote del Altiplano, el recurso hídrico y los bosques circundantes.
Especialistas localizaron hasta 50 ejemplares de Ambystoma velasci por muestreo. Esta cifra posiciona a la especie como “sombrilla” para atraer recursos públicos. Gobiernos local, estatal y federal podrían destinar fondos a su conservación.

Análisis físico-químicos del agua
El hallazgo integra estudios de conservación en el sitio. El equipo midió porcentajes de oxígeno disuelto, acidez, conductividad, temperatura, sólidos suspendidos y disueltos, además de bacterias. También contaron individuos de ajolotes en el sistema acuático.
Chaparro Herrera detalla que registran conteo de ejemplares, edad aproximada, sexo, estado de salud, peso y medidas. Observan manchas en el costado izquierdo como “huellas digitales” para evitar recapturas del mismo organismo.
Distribución en centro de México
La distribución del ajolote del Altiplano cubre bosques templados, pastizales y arroyos fríos del centro de México. Registros confirman hábitats en Puebla, Hidalgo, Querétaro, Guanajuato, Morelos y Veracruz.
El nombre velasci honra al naturalista José Velasco Gómez. Antes se limitaba a zonas del Estado de México e Hidalgo, pero ahora aparece hasta Chihuahua y Durango. Esta expansión amplía el rango de monitoreo.

Estudio a cuatro años
El proyecto estudiará la especie durante cuatro años. La segunda fase impulsará acciones como las de Xochimilco para conservar organismos y ecosistema. “Por ahora se están ubicando las colonias de Ambystoma velasci en el área”, precisó el especialista.
Chaparro Herrera aspira a declarar la zona Área Natural Protegida. Así preservarán el ajolote del Altiplano y especies asociadas. El impacto positivo recupera su distribución en Querétaro y protege sistemas acuáticos.
Reducir la polución agrícola
El equipo busca resaltar la importancia del ajolote del Altiplano, sin enfocados previos en la especie. Análisis en cuerpos de agua reportados revelan concentraciones altas de nutrientes, amonio, fosfatos, nitrógeno y bacterias coliformes totales y fecales fuera de normas.
“Ello también podría ser una de las consecuencias por las que han disminuido en Amealco, precisamente porque son zonas agrícolas y al momento de la percolación o filtración del agua de lluvia todos esos contaminantes se van a los cuerpos de agua que le sirven de hábitat. Esa es la condición que nos indica por qué no existen colonias de ajolotes en esta zona”, alertó Chaparro Herrera.
Autoridades y agricultores deben bajar la contaminación en el municipio. Ofrecerán alternativas de cultivo y riego para sostener el hábitat.

