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En coordinación estrecha con la Secretaría de la Defensa Nacional, la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México efectuó la incineración de 335 kilogramos de narcóticos. Esta acción resulta un hito histórico debido a que el material permaneció bajo resguardo institucional durante más de medio siglo.

Según los registros oficiales de la institución capitalina, 235 kilogramos pertenecían a averiguaciones previas abiertas desde el año 1970. Por otro lado, los 100 kilogramos restantes provienen de 599 investigaciones ministeriales generadas en el transcurso de 2025.

Debido a la magnitud del evento, las autoridades destacaron la importancia de liberar finalmente las bodegas de almacenamiento. Este proceso representa un incremento superior al 235 por ciento en comparación con las eliminaciones de sustancias ilícitas registradas en años previos.

En consecuencia, el gobierno capitalino demuestra su capacidad operativa para resolver el rezago administrativo y fortalecer la seguridad pública y la certeza jurídica en el manejo de bienes asegurados.

Protocolos de seguridad y traslado a instalaciones militares

El procedimiento técnico comenzó con la entrega física de los narcóticos al Grupo Especial de Reacción e Intervención. Posteriormente, los peritos en química de la Policía de Investigación realizaron pruebas exhaustivas mediante el uso de reactivos especializados de alta precisión.

El equipo de expertos buscaba corroborar la correspondencia de las sustancias con los dictámenes de identificación originales del expediente. Una vez que el personal químico validó la naturaleza del narcótico, los agentes autorizaron la salida oficial del cargamento bajo protocolos estrictos.

Después de este paso, un convoy de seguridad trasladó los paquetes hacia el Estado de México para su disposición final. El destino fueron las instalaciones de la Secretaría de la Defensa Nacional localizadas en el municipio de Teotihuacán. Durante todo el trayecto, las corporaciones de seguridad mantuvieron una vigilancia constante y estrecha sobre el material asegurado. Esta logística evitó cualquier tipo de incidente o filtración durante el traslado de las sustancias prohibidas hacia los hornos incineradores del ejército.

Impacto en la salud pública y eliminación de riesgos sanitarios

La destrucción de esta carga masiva de estupefacientes beneficia directamente a los habitantes de la capital del país. La directora ejecutiva de administración de aseguramiento de bienes, Irene Ríos Ortega, enfatizó la trascendencia del operativo realizado en conjunto con las fuerzas federales.

La funcionaria señaló que “se trata del proceso de destrucción de narcóticos más grande realizado por la Fiscalía de CDMX, lo que permite terminar con un atraso de más de 50 años, equivalente a más de medio millón de dosis que dejan de representar un riesgo para la sociedad y para la salud”.

Además de la reducción en el número de dosis disponibles en el entorno, la incineración eliminó un peligro biológico latente dentro de las oficinas gubernamentales. Los inspectores sanitarios detectaron la presencia de hongos nocivos en una parte considerable del material acumulado desde hace décadas.

En consecuencia, la eliminación térmica constituía el único destino seguro para evitar afecciones respiratorias o infecciones graves entre el personal de la Fiscalía. Con esta estrategia, las autoridades capitalinas garantizan comunidades más seguras y saludables al retirar de circulación sustancias altamente peligrosas que ya no tenían ninguna utilidad judicial.