por Alberto González

Los duelos de freestyle de Azuky, la rapera de Ecatepec, y de Aczino, de Neza, podrían recordar las intervenciones de algunos senadores y diputados en el salón de plenos, lanzando insultos desde la tribuna y su curul… Aunque, claro, el pobre lenguaje de los diputados no tiene nada que ver con las barras improvisadas de los freestylers.

Los insultos que los legisladores lanzan son muy básicos o repeticiones que escucharon en alguna cantina, entre sus conocidos o en un video de TikTok.

Y al contrario, los freestylers se ganan la vida estructurando sus barras o cruzadas, y en busca de un remate contundente que derrote a su contrincante. Al final los duelos son celebrados por su público según su complejidad, sencillez, o fuerza… Se han dado frases que han trascendido, con un mensaje político, como las de Aczino contra Chili Parker:

“Cuando recibía el dinero de Cristina, yo no te vi quejándote, yo no te vi alzando la voz… Pasaste de izquierda a derecha como escritura occidental… ¿Sabes cuál es la diferencia entre la izquierda y la derecha?, con qué mano le roban al pueblo… Pero, bueno, tú crees que si te estoy exhibiendo la derecha es porque estoy apoyando la izquierda, pero para mí valen verga las dos”.

Sí, son insultos, pero para eso compiten… y no cobran del erario.

Sería mucho pedirle a un legislador que desde tribuna lanza un “no se hagan pendejos”, “pedorros”, “cabrones”, “baquetones”, “chingas a tu madre”, “te voy a partir tu madre”, o “changoleón legislativo”, que improvise una barra… Si a veces ni lo que votan leen, y algunos sólo acuden a levantar la mano… Ya lo de los golpes es punto y aparte.

Seguro Azuky y Aczino levantarían el rating del canal del Congreso, y pasarían de esos insultos de cantina que se lanzan algunos legisladores, a los duelos de barras. Serían unas sesiones más creativas. Lo que sí está en duda es que los diputados y senadores puedan sostener una batalla de freestyle con ese lenguaje que a veces nos muestran.

#LoboSapiensSapiens

¿Punto para Harfuch?

Después de protagonizar escándalos por su colección de relojes con valor cercano a los ocho millones de pesos o un penthouse de tres pisos en la lujosa zona de Polanco, Alex Tonatiuh Márquez, ahora exdirector de Investigación Aduanera de la Agencia Nacional de Aduanas de México se convirtió en el primer funcionario federal de alto nivel al que le retiran la visa… Y finalmente fue cesado.

Tonatiuh Márquez no era un directivo cualquiera sino más bien uno de los colaboradores cercanos de José Antonio Peña Merino, el titular de la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones.

Pepe Merino tenía también bajo su responsabilidad la modernización y hasta la operación de las Aduanas mexicanas por arriba incluso del titular de la ANAM, Rafael Marín Mollinedo; con la meta de incrementar la recaudación en esas conexiones de intercambio comercial hasta en un punto porcentual del PIB, todo gracias al aprovechamiento de la tecnología… ¿El tropezón del hombre de Merino fortalecerá al otro funcionario de mayor confianza de la Presidenta: Omar García Harfuch.? Es pregunta.